sábado, 16 de noviembre de 2019

EL VOTO MILLONARIO


En mi país hace poco se realizaron las elecciones regionales, es decir, de gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, y, como ha venido ocurriendo en todo el país desde que se establecieron dichas elecciones sectoriales, el voto comprado fue el factor determinante de casi todos los candidatos que resultaron elegidos. Aunque en todas las elecciones participan unos pocos aspirantes honestos, siempre la inmensa mayoría de candidatos son personas corruptas, que compran votos, y, al ser elegidos, se roban los recursos públicos que manejan, por lo cual, para ellos, la compra de votos es un gran negocio. Dicho negocio es ilegal, pero desde hace mucho tiempo, los corruptos acostumbraron a la mayoría de los electores a vender el voto y a muchos para que voten hay que pagarles, o sea que si no hay pago muchos no votan.

 Debido a la corrupción política, en la mayor parte del país, a la gente honesta se le hace difícil encontrar por quien votar y la opción más usual es el voto en blanco o depositar la papeleta sin marcar, pero eso es perder el tiempo pues, aunque sean numerosos, con estos votos lo que se consigue es nada. Pero este azote no es sólo de mi país; la elección por compra de votos es un flagelo corrupto que arruina a las poblaciones de numerosas naciones, y para combatirlo con eficacia tengo una propuesta, titulada EL VOTO MILLONARIO.

El Voto Millonario es la implantación de un sistema gubernamental estimulante, que, al aplicarse, sin comprar votos y sin que el voto sea obligatorio, se puede obtener casi el 100% de participación electoral. Y ese logro surge por el interés de los electores en ganar un enorme premio en dinero, en cuyo sorteo participan todos los que voten y la única manera de ganar el premio es con el sufragio. El Estado o Patrón Electoral es el patrocinador del premio, y el propósito es que toda la población habilitada vote y elija a los mejores, es decir, a los más honestos en el manejo de recursos públicos y capaces de realizar las obras benéficas que prometan. Y, además de los ganadores del premio, con la aplicación de El Voto Millonario tanto el Estado como su población obtienen un gran progreso porque la administración pública queda en las mejores manos.

 Al poner en marcha esta aplicación, la entidad gubernamental, para fomentar la elección de líderes capaces y evitar la compra de votos deberá hacer una gran campaña publicitaria orientada en tal sentido. Es un hecho que, en muchos países, por no haber incentivos directos que le animen, gran parte de la gente no vota; en este asunto conviene entender la idiosincrasia de los que piensan que para ellos es igual gane quien gane en los comicios, y, por tener la idea de que salir a votar es perder tiempo y dinero, no votan. Para eliminar esa indecisión electoral hay que crear incentivos, y lo que más anima a la gente es tener la oportunidad de enriquecerse, de un día para otro, sin tener que trabajar.

Debe admitirse que lo más importante en las elecciones es que la gente vote, y, para lograr ese objetivo, el sistema electoral debe crear algún incentivo que sea efectivo para seducir a los electores a votar. En la actualidad, la mayoría de la gente lo que más desea es obtener riqueza fácil y la posibilidad de obtener un premio millonario sería lo que más animaría a la gente indecisa a salir a votar. El premio debe ser en dinero en efectivo, y la cantidad dependería de la población y riqueza de la nación; por ejemplo, en Chile, Colombia y Perú, lo mínimo del premio sería el equivalente a 5 millones de dólares, con un reparto de un primer premio de 60% de dicho monto (3.000.000 de dólares); un segundo premio de 25% (1.250.000 dólares); y un tercer premio por el 15% restante (750.000 dólares).

En general, la opinión pública confía muy poco en los políticos; por esa razón El Voto Millonario debe ser un formato de un sorteo millonario que opere bajo control de una empresa seria, honesta y sin inclinación política. Y con normas sencillas y eficientes se estimularía la participación electoral; con tres premios, en vivo por tv, en el momento del sorteo se darán a conocer los números de las cédulas ganadoras y los lugares donde votaron o debieron votar los ganadores. Votar será lo único requerido para participar en el sorteo y la única manera de ganar el premio es votando; si el portador de una cédula ganadora no votó, pierde el premio y si no es rico la oportunidad de volverse millonario, un riesgo que muy pocos querrán afrontar y por lo cual casi todos los que estén habilitados votarán.

De alguna manera, El Voto Millonario siempre repartirá los tres premios. Si no votó el ganador del premio, el 60% del monto debe repartirse en partes iguales entre las personas que atendieron la mesa donde debió votar el elector y el 40% restante en partes iguales entre las demás personas que atendieron las demás mesas de dicho lugar. Y si solo hubo una sola mesa en dicho lugar, todo el premio debe repartirse entre las personas que atendieron dicha mesa, con lo cual se les hará interesante la participación a estos eventos a las personas que los atienden.

La aplicación de El Voto Millonario me parece conveniente. Por intermedio de los canales de información voy tratar de hacerla conocer del gobierno nacional, de los congresistas y del público en general; ellos son quienes decidirán si se hace realidad esta idea.