En mi país hace poco se realizaron las elecciones regionales, es decir,
de gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, y, como ha venido ocurriendo
en todo el país desde que se establecieron dichas elecciones sectoriales, el
voto comprado fue el factor determinante de casi todos los candidatos que
resultaron elegidos. Aunque en todas las elecciones participan unos pocos
aspirantes honestos, siempre la inmensa mayoría de candidatos son personas
corruptas, que compran votos, y, al ser elegidos, se roban los recursos
públicos que manejan, por lo cual, para ellos, la compra de votos es un gran
negocio. Dicho negocio es ilegal, pero desde hace mucho tiempo, los corruptos
acostumbraron a la mayoría de los electores a vender el voto y a muchos para
que voten hay que pagarles, o sea que si no hay pago muchos no votan.
Debido a la corrupción política,
en la mayor parte del país, a la gente honesta se le hace difícil encontrar por
quien votar y la opción más usual es el voto en blanco o depositar la papeleta
sin marcar, pero eso es perder el tiempo pues, aunque sean numerosos, con estos
votos lo que se consigue es nada. Pero este azote no es sólo de mi país; la
elección por compra de votos es un flagelo corrupto que arruina a las
poblaciones de numerosas naciones, y para combatirlo con eficacia tengo una
propuesta, titulada EL VOTO MILLONARIO.
El Voto Millonario es la
implantación de un sistema gubernamental estimulante, que, al aplicarse, sin comprar
votos y sin que el voto sea obligatorio, se puede obtener casi el 100% de
participación electoral. Y ese logro surge por el interés de los electores en
ganar un enorme premio en dinero, en cuyo sorteo participan todos los que voten
y la única manera de ganar el premio es con el sufragio. El Estado o Patrón
Electoral es el patrocinador del premio, y el propósito es que toda la
población habilitada vote y elija a los mejores, es decir, a los más honestos
en el manejo de recursos públicos y capaces de realizar las obras benéficas que
prometan. Y, además de los ganadores del premio, con la aplicación de El Voto
Millonario tanto el Estado como su población obtienen un gran progreso porque
la administración pública queda en las mejores manos.
Al poner en marcha esta aplicación, la entidad
gubernamental, para fomentar la elección de líderes capaces y evitar la compra
de votos deberá hacer una gran campaña publicitaria orientada en tal sentido. Es
un hecho que, en muchos países, por no haber incentivos directos que le animen,
gran parte de la gente no vota; en este asunto conviene entender la
idiosincrasia de los que piensan que para ellos es igual gane quien gane en los
comicios, y, por tener la idea de que salir a votar es perder tiempo y dinero,
no votan. Para eliminar esa indecisión electoral hay que crear incentivos, y lo
que más anima a la gente es tener la oportunidad de enriquecerse, de un día
para otro, sin tener que trabajar.
Debe admitirse que lo más
importante en las elecciones es que la gente vote, y, para lograr ese objetivo,
el sistema electoral debe crear algún incentivo que sea efectivo para seducir a
los electores a votar. En la actualidad, la mayoría de la gente lo que más
desea es obtener riqueza fácil y la posibilidad de obtener un premio millonario
sería lo que más animaría a la gente indecisa a salir a votar. El premio debe
ser en dinero en efectivo, y la cantidad dependería de la población y riqueza
de la nación; por ejemplo, en Chile, Colombia y Perú, lo mínimo del premio
sería el equivalente a 5 millones de dólares, con un reparto de un primer
premio de 60% de dicho monto (3.000.000 de dólares); un segundo premio de 25% (1.250.000
dólares); y un tercer premio por el 15% restante (750.000 dólares).
En general, la opinión
pública confía muy poco en los políticos; por esa razón El Voto Millonario debe
ser un formato de un sorteo millonario que opere bajo control de una empresa
seria, honesta y sin inclinación política. Y con normas sencillas y eficientes se
estimularía la participación electoral; con tres premios, en vivo por tv, en el
momento del sorteo se darán a conocer los números de las cédulas ganadoras y los
lugares donde votaron o debieron votar los ganadores. Votar será lo único
requerido para participar en el sorteo y la única manera de ganar el premio es
votando; si el portador de una cédula ganadora no votó, pierde el premio y si
no es rico la oportunidad de volverse millonario, un riesgo que muy pocos
querrán afrontar y por lo cual casi todos los que estén habilitados votarán.
De alguna manera, El Voto
Millonario siempre repartirá los tres premios. Si no votó el ganador del
premio, el 60% del monto debe repartirse en partes iguales entre las personas
que atendieron la mesa donde debió votar el elector y el 40% restante en partes
iguales entre las demás personas que atendieron las demás mesas de dicho lugar.
Y si solo hubo una sola mesa en dicho lugar, todo el premio debe repartirse
entre las personas que atendieron dicha mesa, con lo cual se les hará
interesante la participación a estos eventos a las personas que los atienden.
La aplicación de El Voto
Millonario me parece conveniente. Por intermedio de los canales de información
voy tratar de hacerla conocer del gobierno nacional, de los congresistas y del
público en general; ellos son quienes decidirán si se hace realidad esta idea.