La
generación de enormes riquezas por exportación de petróleo está en vía de
convertirse en pato muerto. Lo anterior quiere decir que los países que son
ricos exclusivamente por las exportaciones de petróleo, en poco tiempo van a
hacer parte de los del montón, inclusive, si no previenen, algunos de éstos
pueden pasar a estar entre los más pobres del mundo.
No
todos los países exportadores de petróleo son ricos por las ventas de ese
mineral, como es el caso, por ejemplo, de Canadá, cuyas reservas ocupan el
tercer lugar entre las naciones petroleras. Yendo al grano, el país más
afectado por el negocio del petróleo quizá sea Kuwait, por ser casi desértico,
pero, aunque Venezuela es una nación con muchas otras riquezas, si no se ponen
de acuerdo sus dirigentes y antes de que se acabe ese negocio venden todo el petróleo que sea posible para salir
de la miseria en que se encuentra esta nación, para acabar con dicha crisis les va a
tocar empezar de cero en otras industrias, labor para la que no están
preparados sus habitantes.
Y
no se requiere ser adivino para predecir que el consumo de petróleo, de ahora
en adelante, va a disminuir con mucha rapidez. Es que, si no disminuimos casi a
cero el consumo de petróleo, en poco tiempo la contaminación que éste genera
nos convierte en pato muerto. Lo contrario ocurrirá con el gas natural, cuyo
uso doméstico aumentará y lo más seguro es que la mayoría de países que posean
este combustible, sigan el ejemplo de Arabia Saudita que, para que les duren
sus reservas, no permite su exportación. Por poseer enormes reservas de gas,
Irán pasará a ser uno de los países más ricos del mundo.