Hace pocos días, la Corte Constitucional
de Colombia aprobó la adopción de niños a las parejas de homosexuales. Muy
pronto, esa noticia le dio la vuelta al mundo y en Colombia hubo voces a favor
y en contra de esa determinación. Quienes están a favor de este asunto dicen
que la corte tomó una determinación que favorece a los niños huérfanos y que
hace justicia con la comunidad gay, y quienes están en contra aseguran que con
eso se afecta la personalidad de los niños adoptados por esas parejas, ya que
lo más seguro es que como guía personal tomarán la orientación sexual de sus
padres adoptivos, cosa que soportan con el argumento de que la mayoría de los
hijos toman como ejemplo la actitud de sus padres.
En la entrada de este blog
titulada EN EL AÑO 2.050 NO HABRÁ GENTE PARA TANTA CAMA expliqué que la humanidad
está en el techo máximo de su número de población y que, debido a que las
mujeres bajaron de parir 12 hijos a menos de 2 en promedio, en ese año el
número de habitantes en el mundo descenderá casi a la mitad de la población que
hay ahora.
Pero, desde mi punto de vista, en
la población humana no sólo habrá una gran reducción, sino que se convertirá en
una humanidad totalmente distinta. Creo que el homosexualismo va a crecer
enormemente y que ese es el paso que sigue para que la gente se convierta en
individuos híbridos, indiferentes al sexo, dependientes de la tecnología y
adictos a los narcóticos. Veo venir una humanidad sexo independiente, vegetariana,
y que considerará asquerosas las relaciones sexuales y que, como los árboles,
mediante un proceso de mutualismo podrá reproducirse individualmente.
En lo que tiene que ver con la religión, creo que la Iglesia perderá la jefatura del cristianismo y que la gente va a seguir creyendo en Dios pero sin seguir los patrones de ninguna de las organizaciones religiosas existententes, es decir, creo que cada quien llevará su propio dios por dentro.
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