Como verán en el siguiente escrito, que es un segmento de un libro de mi autoría titulado PATO MUERTO, San Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta, los dos nuevos santos de la Iglesia fueron dos personajes perversos y muy distintos a las personas caritativas y creyentes que fingieron ser.
El papa Juan Pablo II en realidad nuca fue un personaje
religioso sino uno de los líderes políticos más perversos del mundo pero, por
su aspecto de zanahorio y buena gente, logró engañar a gran parte de la
humanidad y se convirtió en uno de los pontífices más carismáticos que ha
ocupado la silla de san Pedro. Y, como hace con todos los pontífices, el
Vaticano no ahorró en gastos con tal de darle la mejor imagen internacional a
su santidad, propósito que logró de sobra al comienzo y que, por lo rentable
que parecía el negocio, aun estando él vivito y coleando ya se estaban haciendo
las diligencias para iniciar su canonización tan pronto falleciera; y, aunque
poco después de su muerte fue convertido en santo, el negocio resultó mucho
menos rentable de lo esperado, debido a la mala imagen que de él surgió desde
antes de ser beatificado, líos entre los que afectó mucho el secuestro en la
Santa Sede de la adolescente Emanuela Orlandi, quien, según le dijo el cura
Gabriel Amorth al periodista Giacomo Calezzi, fue secuestrada en la Santa Sede
y violada y convertida en esclava sexual dentro del Vaticano, es decir en las
narices del ahora san Juan Pablo II, quien en vida no se inmutó por la
desaparición y muerte de Emanuela ni por los tantos crímenes de su amigo, el
cura Marcial Maciel, sino que, al contrario, refugió a dicho cura en la Santa
Sede en la guarida donde, entre otros, tenía protegidos a sus amigos bandidos
Pabol Hnilica, Liege Mennine, Pellegrino de Strobel y el gorila Marcinkus.
Y, cuando el papa Juan Pablo II inició el proceso para
beatificar a la Madre Teresa de Calcuta, denuncié la farsa que se había tejido
acerca de las supuestas bondades de dicha monja, cuya organización, la Orden de
las Misioneras de la Caridad, siempre estuvo interesada en recaudar dinero para
girárselo al Vaticano y nunca para usarlo para ayudar a los pobres y enfermos a
quienes la monja usaba como pantalla permanente de miseria humana con la que
ella día a día recibía más donaciones, aumentaba su poder y la expansión de la
fe católica, fingiendo dicha señora llevar una larga vida de sufrimientos, cosa
que era falsa pues ella se hacía sus chequeos médicos en clínicas modernas de
Estados Unidos, con el dinero que recibía de donaciones para aliviar la
pobreza, y sin pedir permiso iba a donde le diera la gana y siempre viajaba en
primera clase, se hospedaba en los mejores hoteles y pedía que le llevaran a su
habitación las mejores y más costosas comidas, ya que como era de flaca y
bajita lo era de buena con la cuchara. El escritor Christopher Hitchens en su libro
titulado La Posición del Misionero: La Madre Teresa en Teoría y en Práctica,
dice que unos voluntarios que habían trabajado en la fundación de la monja, muy
seguros de lo que decían le explicaron: “Más que para hacer caridad, la Misión
es un culto que promueve el sufrimiento y la pobreza.”
Con la ayuda de los medios publicitarios de la Iglesia, la
Madre Teresa con frecuencia aparecía en todos los periódicos, televisión y
revistas del mundo atendiendo casi siempre niños que se veían en las peores
condiciones de pobreza y miseria, labor que tenía como propósito hacer que la
gente se conmoviera y aportara dinero, pero la monja fue tan descarada que
jamás mostró que con el dinero que estaba recibiendo, la situación de esas
personas hubiera mejorado. El resumen es que ella gozaba con el dolor y con la
pobreza de otros, pues, según numerosos informes acerca de las actividades de
su Orden, la Madre Teresa evitaba que los pacientes de su fundación murieran
pronto y nunca les daba remedio para curarlos sino para alargarles la vida y el
sufrimiento. En una de sus tantas conferencias dijo: Pienso que es muy
hermoso que los pobres acepten su destino, que lo compartan con la pasión de
Cristo. Pienso que el sufrimiento de los pobres es de gran ayuda para el mundo.
El escritor Hitchens era tildado por la Iglesia como Abogado
del Diablo. Dicho autor no estaba de acuerdo en que El Vaticano fuera
reconocido como un Estado, pues, desde su punto de vista, para poder serlo un País
debe tener alguna industria que lo haga autosostenible y no depender de la
farsa del Cristo romano, como ocurre con la Santa Sede. En un segmento de su
libro titulado Dios no es Bueno, dice: “En 1996, la República de Irlanda
celebró un referéndum acerca de una cuestión: si su Constitución debería seguir
prohibiendo el divorcio. La mayoría de los partidos políticos en un país cada
vez más laico, instaban a los votantes a aprobar una enmienda legislativa. Lo
hacían por dos razones excelentes. Ya no se consideraba correcto que la Iglesia
Católica de Roma prescribiera su moral a todos los ciudadanos y, evidentemente,
era imposible siquiera aspirar a una definitiva reunificación de Irlanda cuando
la gran minoría protestante del norte rechazaba continuamente la posibilidad de
que se implantara un régimen religioso. La Madre Teresa tomó un avión desde
Calcuta para apoyar la campaña a favor del voto negativo junto a la Iglesia y
sus partidarios de línea más dura. Dicho de otro modo: una irlandesa casada con
un borracho maltratador e incestuoso jamás debería esperar nada mejor para
volver a empezar de nuevo; mientras, los protestantes podían escoger entre
aceptar las bendiciones de Roma o quedarse al margen. Ni siquiera sugería la
posibilidad de que los católicos cumplieran con los mandamientos de su Iglesia
sin imponérselos a todos los demás ciudadanos. Y esto sucedía en las islas
Británicas y en la última década del siglo XX. El referéndum reformó finalmente
la Constitución, si bien por la más estrecha de las mayorías. Ese mismo año la
madre Teresa concedió una entrevista en la que decía que confiaba en que su
amiga la princesa Diana fuera más feliz una vez que se hubiera librado de lo
que evidentemente era un matrimonio desafortunado; pero no debe sorprendernos
tanto descubrir a la Iglesia aplicando criterios más severos a los pobres y
ofreciendo indulgencias a los ricos.”
A la Madre Teresa le fascinaba ver sufriendo a los pobres
mientras ella en sus antros de miseria se codeaba con la gente más poderosa del
orbe. Y no sólo era amiga de la princesa Diana, amigos ricos tenía en todo
el mundo y lo que más le encantaba era que los millonarios compartieran
con su Orden sus riquezas, como lo hizo
el dictador Duvalier de Haití. Uno de sus amigos era el católico, estafador y
cruzado anti-pornografía, Charles Keating quien, de los tantos robos que hizo, le donó
1,25 millones de dólares. A este tipo, por fraude en cajas de ahorro le
hicieron un juicio y resultó culpable de estafar a miles de estadounidenses y
entonces su amiga, la Madre Teresa, seguramente tratando de que le diera otra
donación, intercedió por dicho bandido ante el juez Lance Ito, a quien le
mandó una cara en la que entre otras cosas le decía: “mire en su corazón;
piense en lo que Jesús haría”. Y en contra de las pretensiones de la vividora
monja, el fiscal del caso, Paul Turney, le respondió así:
“Le escribo esta carta para darle una breve explicación
acerca de los delitos por los cuales fue condenado el señor Keating, para
permitirle a usted comprender de dónde venía el dinero que le dio, y también
para sugerirle cumplir con el acto moral de devolver ese dinero a sus legítimos
dueños. El señor Keating ha sido reconocido culpable de haber robado 9.000.000
de dólares a 17 personas. Estas 17 personas habían recibido un mandato de otras
17.000, a las que el señor Keating robó 252 millones de dólares. Las víctimas
de la estafa del señor Keating pertenecen a todas las capas de la sociedad.
Había gente acomodada y culta. Pero la mayoría era gente modesta que no sabía
nada de altas finanzas. Uno de ellos, por ejemplo, es un pobre carpintero que
ni siquiera hablaba inglés y que perdió todos los ahorros de su vida en la
estafa del señor Keating. Usted exhorta al juez Ito a hundirse en su propio
corazón (en el momento de juzgar a Charles Keating) y a hacer lo que Jesús
habría hecho. Le devuelvo la propuesta: Pregúntese a sí misma lo que Jesús hubiera
hecho si alguien le hubiese ofrecido el fruto de un hurto. ¿Qué hubiera hecho
Jesús si se hubiera encontrado en posesión de dinero robado? ¿Qué hubiera hecho
Jesús si hubiera sido explotado por un ladrón más ansioso de aliviar su
conciencia? Presiento que Jesús hubiera devuelto la cosa robada muy pronto y
sin vacilación alguna a su legítimo dueño. Considero que Usted debería actuar
así.” La Madre Teresa nunca respondió la misiva del Fiscal ni mucho menos
les devolvió el dinero a sus dueños.
En suma, la Madre Teresa no era la persona generosa que
fingía ser, sino una ficha clave de la Iglesia que con el apoyo mediático del
Opus Dei, para beneficiar a la monarquía eclesiástica hizo política sucia y
toda clase de patrañas alrededor del mundo, para conseguir donaciones y
endosársela al banco del Vaticano. Y, créase o no, lo cierto es que de esas
patrañas es que se sostiene como Estado el Vaticano; por ejemplo, además de las
enormes sumas de dinero que producen para el Vaticano personajes oscuros como
esta monja y el cura Marcial Maciel, en otro de sus modos de patrañas, la Santa
Sede legitimó el régimen del general Franco en España a cambio de beneficios
políticos y económicos que aún asfixian al pueblo español; y ni se diga de los
enormes resultados que obtuvo del régimen nazi, con el cual, el Vaticano en
plena guerra realizó un concordato que dio como resultado que la Iglesia
hubiera sido la única beneficiada de la Segunda Guerra Mundial.
Para fomentar la miseria y la esclavitud, tal como lo ha
hecho la Iglesia todo el tiempo, la Madre Teresa y su organización estaban en
contra del aborto y no admitían el uso de anticonceptivos. Y siendo la Madre de
nadie, ya que ella nunca parió, predicaba que se debían tener todos los hijos
que Dios nos diera, lo cual es la receta perfecta para que los pobres aumenten
sus miserias, y al recibir el Nobel de la Paz dijo: “El gran destructor de
la paz hoy en día es el llanto de los inocentes niños no nacidos. Si una madre
puede asesinar a su propio hijo en su propio cuarto, ¿qué nos queda a ustedes y
a mí? Matarnos los unos a los otros”, frase que refleja el deseo del Vaticano en el
sentido de que en el Tercer Mundo nunca haya escasez de menores desamparados y en
la miseria que puedan ser engañados y atrapados por sus sectas católicas y
servir para saciar los deseos sexuales de sus monarcas pedófilos, además de
para aparentar que la Iglesia es una entidad samaritana.
En relación al eterno degeneramiento sexual eclesiástico, vale
recordar que la religiosa auténtica, Mary MacKillop, fue excomulgada en el año 1.871
porque denunció la pederastia que había en el clero australiano, y fueron
necesarias las presiones populares australianas para que apenas en el año 1.995
fuera beatificada, actitud que contrasta con el trato que la Iglesia le dio a la
Madre Teresa, cuyo proceso de canonización se adelantó casi enseguida que ella
murió, pues, mediante una dispensa papal, su beatificación empezó dos años
después de su muerte y ni siquiera tuvo que esperar los cinco años que
establece el Derecho Canónico.
Y, por los numerosos escándalos que se han suscitado,
incluidos la falsedad de sus milagros, el gran negocio que pretende hacer con
esta santa no le va a funcionar económicamente al Vaticano, pues su Orden fue
denunciada por numerosas personas, como lo hizo Hemley González, el fundador
del movimiento Stop The Missionaries of Charity, con el cual busca hacer
rendir cuentas a las Misioneras de la Caridad por su negligencia médica y el
uso indebido de las donaciones que reciben. En una declaración a la Prensa,
González dijo: “He empezado este grupo y otros proyectos para denunciar a
las Misioneras de la Caridad y su trabajo y llamar la atención de todo el mundo
por los actos cometidos a diario por ellas. Creo firmemente que como humanos
debemos ayudar a nuestros congéneres necesitados con una transparencia del 100
por ciento y sin que a cambio de nuestra ayuda, aquellos a los que ayudamos
tengan que coincidir con nosotros con cualquiera que sea el camino espiritual
que escojamos.” Según una investigación hecha por académicos de Canadá,
acerca de la labor de la Madre Teresa han sido escritos alrededor de 300 libros y estudios periodísticos, de los que se puede
resumir que el 97 por ciento califican como inhumanas y perversas las actividades
de su Organización y a ella como una mujer cruel y farsante que exhibiendo
miseria engañó en todo el mundo a muchas personas generosas que le donaron una
enorme cantidad de recursos que usó exclusivamente para beneficiar al Vaticano.
Vale aclarar que la Madre Teresa fundó 517 casas de miseria
y muerte en 133 países pero no se interesó en hacer tan siquiera un hospital,
ni hizo en Calcuta ni en ningún otro lugar obras que en realidad beneficiaran a
los pobres o aliviaran a los enfermos que ella exhibía. Inclusive, entre los
centenares de miles de pobres que hay en Calcuta, casi nadie reconoce haber
sido beneficiado por la Organización de dicha santa, y ya se sabe con certeza
que casi todo el dinero que recibió su Orden, supuestamente para beneficiar a
los pobres y enfermos que la monja exhibía, fue a parar al banco del Vaticano y
con él se benefició exclusivamente la monarquía eclesiástica. En realidad, ella
se llamaba Agnes Gonxha Bojaxhiu y era albanesa, pero, por estrategias eclesiásticas,
tomó el alias de Madre Teresa de Calcuta, y luego de su muerte ha sido acusada,
entre otras cosas, de haber cometido fraudes, de haber sido
fundamentalista y corrupta, cínica, cruel, peligrosa para la sociedad,
propagadora de la pobreza, apologista de la misoginia (odiaba a las mujeres en
especial a las niñas), vocera de la miseria, auspiciadora del dolor ajeno, coleccionista
de tesoros de dudosa procedencia, enemiga de los Derechos Humanos.
Podría proporcionar fuentes por favor
ResponderEliminarSí. Por ejemplo, escriba en su buscador de Internet: ¿Cuál es la historia real de perversidades de la madre Teresa?, se pulsa enter y se repite esa misma pregunta con el nombre del papa Juan Pablo II. Y así va encontrar muchas fuentes confiables que certifican el contenido de esta entrada.
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