Las organizaciones
internacionales que supuestamente defienden los derechos humanos sirven para nada.
Estas entidades son nidos de burócratas que defienden los intereses de las
grandes multinacionales del mundo.
A continuación, es transcrito el capítulo 13 de PATO MUERTO,
titulado ACTUACIÓN DEL GLOBACIONISTA, un segmento de este libro que pone en
evidencia que las organizaciones internacionales defensoras de Derechos Humanos
son inútiles en las labores que se supone que deberían realizar.
CAPÍTULO
13, ACTUACIÓN DEL GLOBACIONISTA
El mandracu que salió al escenario
es el más joven de los participantes en este congreso. Es un hombre de
apariencia fina que habla pausado y con una voz que envidiaría cualquier
locutor. Su actuación fue así:
Gracias señoras y señores mandracus.
Mi alias es el Galáctico y fui elegido a este congreso por mis labores en favor
de la Globalización Humana, es decir, por la variedad de cosas que he aportado
en ese sentido y porque estoy seguro que de la Globalización Humana depende el
futuro de la Humanidad. Creo que la Globalización es algo mucho mejor de lo que
se dice, pero tenemos que prepararnos para afrontar ese nuevo modo de vida. Y
debe quedar claro que no se trata de establecer una dictadura o monarquía
mundial, pues, por favorecer a unos pocos, ese proyecto ha fracasado varias
veces. La Globalización Humana debe hacerse de manera concertada, mediante
normas democráticas y por periodos fijos, es decir, el Jefe o Director de la
Humanidad debe ser elegido democráticamente por los gobernantes de todos los
países del mundo, para que dirija la Humanidad por un periodo legalmente
establecido.
Debido a que para poder corregir
varios males crónicos es indispensable acabar con los gobiernos tendenciosos,
el primer paso que debe darse para que funcione bien la Globalización Humana,
es enseñarle a la Humanidad a crear países con gobiernos incluyentes y con
leyes igualitarias. Y, para que la Globalización sea benéfica, ningún gobierno
podrá tener ni aplicar tendencias racistas, religiosas, nacionalistas ni de
ningún apego tendencioso; los gobiernos de todos los Estados del mundo deben
ser justos, democráticos e iguales para todos, y de la misma forma debe actuar
la justicia en todo el Orbe.
Uno de los cambios más importantes
que surgirá con la Globalización Humana es el que tiene que ver con la función,
capacidad y calidad humana de los políticos. En la actualidad, en casi todos
los países del mundo, todo el que quiera puede ejercer de político, pero, para
el gran cambio que se acerca, a esa profesión hay que ponerle orden en el
sentido de que, en vez de ladrones y/o títeres de los imperios económicos como
lo son en la actualidad casi todos los políticos, los servidores públicos sean
auténticos dirigentes humanos, capacitados para esas labores, honestos y
poseedores de ideas que generen obras benéficas para el público en general.
Y sirve aclarar que la Globalización
Humana tiene propósitos más importantes que la mundialización comercial e
industrial, y que de ninguna manera tendrá la intención de que la oligarquía
esclavice a la población pobre, como por ejemplo, al estilo del imperialismo
estadounidense; al contrario, una de las funciones del Director de la Humanidad
será evitar ese flagelo, y también evitará o les pondrá fin a los conflictos y
a las guerras internas y externas que tanto daño le están causando a las
poblaciones involucradas en contiendas fratricidas e inútiles.
La cultura humana está cambiando el
modo de entender y de hacer las cosas; creo que en un futuro no muy lejano la
Globalización provocará que, en todos los países del mundo, cualquier acción o
actitud para provocar guerra sea un delito de lesa humanidad y que quienes
cometan tal delito, igual que quienes cometan asesinato o delitos graves, deberán
ser científicamente corregidos, es decir, las cárceles se convertirán en cosas
del pasado, y los delincuentes serán corregidos y adecuados científicamente, en
todos los casos sin que haya limitaciones; por ejemplo, por medios científicos
será legal convertir en bobo a un líder guerrerista o a cualquier criminal de
talla mayor. El asunto debe ser que, ya ‘curados’, a los exdelincuentes les
tocará trabajar para poder vivir, y, de ser así las cosas, los gobiernos serán
responsables de crear oportunidades de trabajo para estas personas, pero no
tendrán que cuidar ni que alimentar prisioneros, como ocurre en la actualidad.
Son muchas las dificultades que
tendrá que afrontar la Globalización Humana, y una de estas es la tarea de
acabar con la concentración de riquezas en pocas personas, un modo de monopolio
injusto en cuyo arreglo he trabajado varios años y para el que tengo una
solución que beneficiaría tanto a los empresarios como a sus empleados. Hay que
admitir que la causa principal de la concentración de riquezas en pocas
personas se debe a que en ningún país existe la obligación de repartir
equitativamente las utilidades de las empresas. Por lo general, las
multinacionales obtienen ganancias enormes, pero dichas utilidades benefician
sólo a unos pocos magnates, es decir, a unos pocos y muy poderosos oligarcas
que cada vez son más ricos, mientras los trabajadores, que son los que más
trabajan para que se obtengan utilidades, cada día ganan menos o les alcanzan
menos sus sueldos, y, en resumidas cuentas, cada día son más pobres.
La solución que he planteado en lo
que tiene que ver con la concentración de riquezas es benéfica y sencilla:
Propongo que anualmente se establezca una utilidad razonable máxima a los
empresarios y que el resto de las ganancias de cada empresa sea repartido, en
proporción a los sueldos, entre los empleados de cada entidad. Con la
aplicación de ese formato, los empleados estarían estimulados en la producción
de utilidades y al fin de cuentas se beneficiarían tanto los empresarios como sus
trabajadores, y disminuirían la pobreza y la acumulación de riquezas en pocas
personas.
El nuevo Orden Mundial deberá
establecer un sueldo humano universal, es decir, por la escasez de empleo que
generará la tecnología, de los impuestos a las utilidades de los emporios
económicos habrá que asignarle una mesada de supervivencia a los desempleados.
Y habrá que determinar un rumbo humano unificado, para que toda la Humanidad
actúe con un mismo propósito, lo cual hace indispensable establecer una
Constitución Universal Humana en la que se fijen los derechos y las
obligaciones de las personas, un paso que a simple vista parece sencillo, pero
que puede ser uno de los más difíciles de resolver, porque se enfrenta con
atropellos y vicios humanos que llevan siglos de estar en marcha, de los cuales
y de sus condiciones actuales voy a referirme más adelante.
Duélale a quien le duela, lo cierto
es que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y todas las demás
organizaciones de defensas de derechos humanos y de solución de conflictos
bélicos, en dichas labores son absolutamente inútiles. Y si sirven para algo en
ese sentido, cómo justifican esas organizaciones que el dictador Omar
al-Bashir, quien tomó el mando del gobierno de Sudan en un sangriento golpe de
Estado en 1989 y quien está acusado por la Corte Penal Internacional de
crímenes de guerra y por genocidio, siga siendo Jefe de Estado y delinquiendo
como si nada. Durante su mandato, Sudan ha estado envuelto en una serie de
guerras civiles que han dejado más de 400.000 muertos y más de 2,5 millones de
refugiados, pero nadie ha impedido que al-Bashir delinca y siga delinquiendo
con absoluta impunidad. Los nuba, una etnia de esa nación, han sido masacrados
con barriles bomba y ninguna organización internacional le ha dado importancia
a ese genocidio, y la verdad es que la Humanidad no cuenta con mecanismos que
permitan hacer justicia en contra de los dictadores delincuentes, siendo
al-Bashir sólo uno de los tantos que hay en el mundo.
Pero en Sudan del sur, que nació de
una guerra civil de Sudan y que es el Estado más joven del mundo, los hechos
han sido peores a raíz de la guerra civil entre la facción dinka, al mando del
presidente Salva Kiir, y la etnia nuer que dirige Riek Machar. Los datos de las
Naciones Unidas aseguran que en las dos primeras guerras hubo alrededor de dos
y medio millones de muertos y casi cinco millones de desplazados, pero el
conflicto no ha terminado, va de mal a peor, y para tomar y publicar esa clase
de datos es para lo único que ha servido la ONU. En Sudan del sur, muchos de
los ejércitos que actúan en las masacres y violaciones no cobran sueldo; en vez
de militares disciplinados, son delincuentes adictos o alcohólicos que se
sostienen de los robos que hacen en las ciudades y pueblos que masacran y, ‘por
orden de arriba’, están usando la hambruna como arma de guerra en contra de la
población civil, es decir, no hay Naciones Unidas ni nadie que pueda evitar que
dichos matones violen, masacren e impidan la llegada de comida a la gente civil
afectada por el conflicto, cuyo propósito de ambas partes, la una apoyada por
intereses chinos y la otra por Estados Unidos y sus aliados, es que el hambre
extermine la población indefensa de este país, para dichos patrocinadores robar
sus riquezas.
Sin lugar a dudas, la guerra de
todos contra todos que tiene en ruinas a Siria y que convirtió en escombros a
sus ciudades, especialmente a Damasco y Alepo, pasará a la Historia como la
guerra más vergonzosa de este siglo. Este conflicto empezó por un grafiti que
pintaron unos menores de edad contra el presidente, Bichar Al Asad, cuya
familia está en el Poder desde 1971. Y el arresto de dichos menores, entre los
que había niños, fue la chispa que prendió la mecha de la revuelta popular,
iniciada con manifestaciones populares pacíficas, contra la pobreza, la
corrupción, las violaciones de derechos humanos, y en las que exigían
prosperidad, democracia y libertades civiles, pero poco a poco dichas protestas
generaron una guerra civil entre varios bandos, que, por intereses económicos
y/o políticos, luego fue apoyada por varios países que la convirtieron en un
conflicto de todos contra todos, hasta ahora dando como resultado más de medio
millón de muertos y más de diez millones de desplazados.
Y lo más vergonzoso de esta guerra
surge del hecho de que aviones, helicópteros y tanques de guerra han
bombardeado y bombardean por igual instalaciones enemigas, colegios,
universidades, hospitales, fábricas, iglesias y zonas civiles indefensas que no
han participado en dicho conflicto, dando como resultado que una tercera parte
de los muertos fueran niños y mujeres y que de una u otra manera haya sido
afectada más de 80% de la población infantil de ese país. En suma, una guerra
imparable por falta de un Jefe Universal para detenerla, en la que sin razón ni
piedad han matado y matan niños, mujeres y población indefensa.
En la práctica han sido serviles de
intereses particulares todas las organizaciones internacionales creadas
supuestamente para evitar guerras y/o corregir injusticias. La Organización de
las Naciones Unidas, que es la única de cobertura mundial, no es mas que un
nido de burócratas al servicio de los intereses de las naciones que dominan el
mundo; por ejemplo, gran parte de los habitantes de Siria, aplicando la más
cruel de las barbaries, ha sido masacrada y la ONU se ha limitado a verificar o
supervisar los hechos y una que otra vez a condenarlos, acciones que en la
práctica han sido y son absolutamente inútiles.
La vergonzosa masacre de Siria es
una de las fallas que dejan en evidencia la falta de un Director Mundial de la
Humanidad, con autoridad global y con unas reglas humanas que le exijan que
vigile y verifique que ningún gobierno del mundo sea tendencioso y que todos y
cada uno de los gobernantes respeten y cumplan la Constitución del Estado que
dirigen, y que en caso de no ser así destituya al Jefe de Estado que incumpla
sus funciones, nombre un reemplazo provisional y de inmediato convoque a
elecciones presidenciales democráticas y honestas.
El largo y nefasto conflicto que ha
causado en Somalia la muerte a más de 50.000 personas y que ha provocado el
desplazamiento de varios cientos de miles de habitantes, refleja claramente el
fatídico comportamiento humano y la inutilidad de las organizaciones mundiales
en la solución de conflictos, lo cual es una falla que puede presentarse en
cualquier país y que debe corregirse, pero que, por falta de una Globalización
Humana en todo el sentido de la palabra, carecemos de mecanismos que sirvan
para corregirlas o evitarlas. Lo anterior quiere decir que la Humanidad carece
de Poder para solucionar las guerras que hay en curso, tal como está ocurriendo
en el país mencionado, cuyas causas que impiden la solución, que pueden
presentarse en cualquier otra nación en conflicto, voy a explicar de manera
resumida.
Mediante las resoluciones 733 y 746,
el Consejo de Seguridad de la ONU decretó la creación de UNOSOM I, una
organización de la que surgió la primera misión internacional para darle a
Somalia ayuda humanitaria y colaboración para que restableciera la paz y el
orden interno, luego de haberse disuelto su gobierno central. Además, mediante
la resolución 794, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la conformación de
una coalición de fuerzas de paz, liderada por Estados Unidos e Italia, llamada
UNITAF, cuyo propósito sería garantizar que la ayuda humanitaria fuera distribuida
en el país y que se restableciera la paz en Somalia. Las tropas de la ONU
iniciaron dichas actividades en 1993 y se retiraron en marzo de 1995, pero,
debido a intereses políticos con fines económicos de los países involucrados en
dicha misión, fue casi nada lo que hicieron dichas fuerzas militares en los dos
años que duraron sus operaciones.
Un informe de observadores críticos
al interés de Estados Unidos en dicha misión, dice que "muy poco tiempo
antes de que el presidente pro norteamericano Mohamed Siad Barre fuera
derrocado en 1991, se habían concedido derechos de exploración petrolera sobre
dos tercios del territorio a las compañías Conoco, Amoco, Chevron y Phillips.
Conoco incluso llegó al extremo de ceder sus oficinas corporativas en Mogadiscio
a la embajada de Estados Unidos unos pocos días antes de que desembarcaran los
marines; las oficinas sirvieron de sede temporal para el primer enviado
especial de la administración Bush a la zona." Siendo así las cosas es
fácil deducir cuál era el verdadero propósito de las operaciones de UNITAF en
Somalia, y por obrar con intereses similares es que casi siempre fracasan las
misiones internacionales de paz.
Cabe explicar que la nación que más
se involucra en conflictos externos para apoderarse de recursos y vender armas
es Estados Unidos. Pero éste no es el único país que usa esa maña ni es el
Tesoro Nacional de ese país el que se beneficia con ese juego sucio, ya que
esas decisiones son tomadas por un poderoso grupo de empresarios
estadounidenses que en la práctica son los que gobiernan dicho país y quienes a
la vez son los que realmente se benefician con los despojos y saqueos
realizados en los países en conflicto. En el caso de Somalia, con toda certeza
puede asegurarse que más que un gesto puramente humanitario, los Estados Unidos
se involucraron en ese conflicto con la intención de tomar el control de las
concesiones petroleras y no con el propósito de ayudar a pacificar ese país,
convertido ahora en varios Estados semiindependientes, en los que reinan el
saqueo y la corrupción y continúan las masacres de civiles indefensos, los desplazamientos
forzados y se siguen generando hambrunas y miseria, hechos que benefician a los
mercaderes de la muerte y que no tienen en cuenta ni publican los carteles de
medios informativos del mundo, porque son de propiedad de los empresarios de la
muerte.
Se puede dar por seguro que los
conflictos y las masacres de personas indefensas e inocentes van a continuar
mientras no haya una autoridad humana con poder real para resolver los
existentes y para evitar que dichos hechos se sigan presentando, lo cual, para
que haya una solución de ese asunto, hace indispensable la Globalización
Humana, guiada democráticamente en una misma dirección y con un mismo objetivo.
En la actualidad, fuera de dictaduras solapadas como la de Venezuela, en el
mundo hay 48 países gobernados por dictadores que, con total impunidad, cometen
masacres y toda clase de delitos, como, entre otras naciones, ha ocurrido y
sigue ocurriendo en Cuba, un país que lleva más de medio siglo en poder de los
hermanos y dictadores, Fidel y Raúl Castro, ya muerto de vejez el primero, pero
sin que el matón y abusador Raúl haya mostrado deseos de darle paso a un
gobierno democrático a su nación.
Cuba es una patria cárcel con castigos extras
y pena de muerte por cualquier cosa. Los cubanos, además de que no pueden salir
de su país, tienen prohibido leer libros, revistas o periódicos, a menos que
hayan sido aprobados por el gobierno o que sean publicaciones gubernamentales.
Y tampoco tienen permitido suscribirse a publicaciones del exterior ni recibir
revistas o libros de visitantes o turistas extranjeros. Y una situación que
puede ser peor a la de los cubanos la viven los habitantes de Corea del Norte y
de Eritrea, otros dos países cárceles, en los que sus gobernantes, con total
impunidad, matan o encarcelan de por vida a sus oponentes y hacen lo que les da
la gana con el resto de sus nacionales.
Hace poco la ONU publicó un informe
en el que demostró evidencias, según el documento, de "masivas y
sistemáticas" violaciones de derechos humanos en Corea del Norte, datos
que consideró como pruebas suficientes para demandar esos delitos en la Corte
Penal Internacional de La Haya. Con las pruebas que aportaron a ese documento
casi cien supervivientes que lograron escaparse, quedó demostrado que el
gobierno norcoreano había cometido y estaba cometiendo los delitos, según ese
informe, de “exterminio, asesinato, esclavitud, desaparición forzosa,
ejecuciones sumarias, torturas, violencia sexual, abortos forzosos, privación
de alimento, desplazamiento forzoso de poblaciones y persecución por motivos
políticos, religiosos, racionales o de género."
El informe dice que hay retenidos
entre 80.000 y 120.000 prisioneros políticos en cuatro grandes campos de
trabajos forzosos. "Hacemos un llamamiento a la comunidad global para que,
con estas pruebas sobre la mesa, lleve el caso al tribunal de La Haya",
dijo entonces el presidente de la Comisión de Investigación de la ONU en ese
país, Michael Kirby, pero, debido a que Corea del Norte no ha firmado el
Estatuto de Roma, ese tribunal no puede iniciar una investigación, sino que el
mecanismo para hacer justicia podría ser un requerimiento del Consejo de
Seguridad de la ONU, lo cual es una opción poco realista debido al seguro veto
de China, que es otra nación en la que, con total impunidad, sus dirigentes
comenten casi los mismos delitos norcoreanos cuestionados.
Además, en dicho informe es
denunciada la situación que afrontan mujeres y niñas norcoreanas explotadas
sexualmente en el extranjero. Explica que, debido a la miseria, muchas
norcoreanas asumen el riesgo de huir a China, pero algunas son repatriadas a su
país y al regresar son sometidas a fuertes torturas y a largas detenciones.
"Las mujeres repatriadas embarazadas son obligadas a abortar y si tienen
hijos, éstos son asesinados", dice el documento.
Un informe de la agencia de noticias
surcoreanas, Yonhap, dice que el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un,
luego de acusar por traición a su tío Jang Song Thaek ordenó su ejecución y la
de toda su familia. "Todos los parientes de Jang han sido ejecutados,
niños entre ellos", aseguró la agencia, lo cual es una moda criminal que
ha sido usada desde tiempos remotos por monarcas y dictadores, para sostenerse
en el poder, fórmula que no dejará de ser aplicada mientras no haya un Director
de la Humanidad, democráticamente elegido y con poder real para acabar con ese
flagelo.
Según un reciente informe de la ONU,
en Eritrea hay entre 300.000 y 400.000 personas en condición de esclavitud,
muchas de éstas prestando el servicio militar, que es uno de los modos de
esclavitud en ese país, ya que es por tiempo indefinido y de carácter
obligatorio. "Creemos que hay 300.000 o 400.000 personas
esclavizadas" explicó en una rueda de prensa, en Ginebra, el director de
la Comisión de Investigación de violaciones de derechos humanos en Eritrea,
Mike Smith. Esta nación se independizó en 1991 y desde entonces está en el
poder Isaías Afewerki, un dictador que es acusado de cometer varios delitos,
especialmente asesinatos, esclavitud y reclutamiento forzoso. "Muy pocos
eritreos son liberados de sus obligaciones de servicio militar", agregó el
señor Smith. Y el informe de la UNU dice que "en Eritrea se han cometido
crímenes de lesa humanidad de manera generalizada y sistemática en los centros
de detención, los campos de entrenamiento militar y otros lugares del país en
los últimos 25 años".
Una de las cualidades de los
dictadores es que cuando toman el poder se quedan gobernando de por vida, tal
como ha ocurrido en Cuba desde 1965 con los hermanos Castro; en Guinea
Ecuatorial desde 1979 con Teodoro Obiang; en Zimbabue desde 1987 con Robert
Mugabe; en Chad desde 1990 con Idriss Déby; en Angola desde 1992 con José
Eduardo dos Santos; en Gambia desde 1994 con Yahya Jammeh y en Ruanda desde el
año 2000 con Paul Kagame a quien jueces de España y Francia acusan del
genocidio de más de tres millones de personas y del atentado al avión
presidencial en el que murió el anterior presidente, pero a quien por ahora no
hay forma de aplicarle justicia ya que mediante un referéndum amañado, el Sí
ganó con 98% de los votos, y ese resultado le permite permanecer en el poder
hasta el año 2024 y no puede ser juzgado por ningún tribunal nacional por
poseer inmunidad de Jefe de Estado.
El otro grupo de gobernantes
vitalicios lo conforman las monarquías, entre las que hay algunas que no
gobiernan y sólo tienen funciones protocolarias, pero aún quedan monarquías con
poderes absolutos, como, por ejemplo, la muy rica y despilfarradora nobleza de
Arabia Saudita, nación a la que a su antiguo nombre se le añadió el apellido de
Abdulaziz bin Saúd, el primer monarca que se autoproclamó como rey de dicho
país y reinó desde el año 1932 hasta 1953. Y desde su muerte hasta el presente
han sido reyes 6 de sus 45 hijos, ejerciendo como rey en la actualidad Salmán
bin Abdulaziz, desde el 23 de enero de 2015, tras el fallecimiento de su
hermano paterno, Abdalá bin Abdulaziz.
Desde que Arabia obtuvo la
soberanía, en la práctica ha sido un país de propiedad de la nobleza que se
originó de su primer rey. Arabia es el mayor productor y el mayor exportador
mundial de petróleo y, además, entre otras fuentes de ingreso, posee una gran
industria de hierro y acero, y toda la riqueza que genera la nación pasa a ser
propiedad de la muy prolífica familia real, cuyos miembros la desperdician
patrocinando eventos que incluyen hasta el terrorismo. Toda la familia del rey
Abdulaziz bin Saúd se convirtió en nobleza, desde cuando éste independizó a
Arabia y se proclamó como su primer rey. Desde entonces, con muy pocas excepciones,
sus miles de miembros ocupan los principales puestos gubernamentales, pero,
debido a que los puestos buenos no alcanzan para todos los integrantes de dicha
familia, la gran mayoría de la realeza cobra sueldo y/o beneficios del erario
público sin tener que trabajar. Pero a la población ‘plebeya’ le toca ganarse
la vida trabajando.
La libertad no existe en Arabia. Sus
leyes autorizan las amputaciones de miembros, y los serviles y adoctrinados
jueces por cualquier cosa convierten en pato muerto a quienes le estorben al
rey o no estén de acuerdo con sus reglas monárquicas. En Arabia el rey hace lo
que le dé la gana y en su favor la impunidad es total.
En sí, el objetivo de la Humanidad
debe ir en una proyección que beneficie lo máximo posible tanto a la población
humana como a toda la naturaleza terrestre, y es evidente que nada de eso está
ocurriendo, sino que, al contrario, unos pocos personajes oscuros y poderosos
se apoderaron del mundo y, además de lastimar a la Madre Naturaleza con sus
industrias letales, han provocado guerras y eventos perversos con los que han
esclavizado o empobrecido a casi toda la humanidad, y esos oligarcas siguen
haciendo lo que les dé la gana, y, por diversas razones, esas irregularidades
no pueden ser corregidas mientras no exista una autoridad justa y con poder
mundial.
En las monarquías existen reglas
increíbles que son casi desconocidas por la opinión pública plebeya. Por
ejemplo, el emperador de Japón tiene estrictamente prohibido intervenir en los
asuntos políticos de su nación y no puede renunciar, inclusive, tiene prohibido
hablar de su renuncia. Y otro ejemplo es el hecho de que, porque así lo ordena
la Constitución de Brunéi, el sultán Muda Hassanal Bolkiah es infalible y por
lo tanto, igual que el papa, “no puede equivocarse nunca como persona privada
ni en su capacidad oficial.”
Dicho personaje y sus hermanos,
luego de la abdicación de su padre en 1967, se apoderaron de Brunéi, un
sultanato muy rico en petróleo, y en lo único que está demostrado que el sultán
nunca se equivoca es en la elección de las marcas de sus vehículos: Posee más
de 5 mil autos deportivos de las marcas más costosas, seis aviones privados,
dos helicópteros y un Boeing equipado a su gusto avaluado en casi 200 millones
de dólares. Para dar una idea de la clase de vehículos del Sultán vale explicar
que posee 8 de los 100 McLaren F1 que se fabricaron y que, cuando los compró,
por cada uno de estos pagó casi un millón de dólares, y su gran colección de
vehículos son apenas una esquirla de su enorme riqueza.
En 1997, Shannon Marketic, Miss USA
1992, mediante una empresa de modelos fue contratada para trabajar por un suelo
de 3 mil dólares al día en “apariciones personales y trabajo de promotora” de
relaciones públicas y de imagen del sultán de Brunéi. Pero dicho contrato
resultó siendo una trampa del sultán para secuestrarla y convertirla en esclava
sexual suya y de su hermano, el príncipe Jefri, quienes, según Shanon, la
obligaban a drogarse en compañía de otras chicas y a bailar durante varias
horas en una discoteca familiar y luego abusaban sexualmente de ellas. La
exreina, luego de ser liberada, demandó al sultán por 10 millones de dólares de
indemnización, acusándole de que todas las noches él y su hermano la obligaban
a bailar en dicha discoteca, donde la drogaban y abusaban de ella. Pero el
demandado negó haber cometido tales hechos y después de 18 meses de litigio, el
juez desestimó la demanda alegando que el Sultán tenía inmunidad soberana por
ser Jefe de Estado, quedando una vez más en evidencia que hay delincuentes que
son inmunes a la justicia, y de la falta que hace un Director de la Humanidad
con autoridad para corregir estas y otras falencias, peores, a las cuales voy a
referirme.
Hasta el presente, 10 países han
logrado desarrollar y detonar satisfactoriamente armas nucleares. A nivel
mundial, cinco de éstos son considerados como "estados nuclearmente
armados", un estatus que es reconocido por el Tratado de No Proliferación
Nuclear (siglas en inglés NPT), y dicho grupo está integrado por Los Estados
Unidos de América, Rusia (la antigua URSS), el Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte, Francia y China. Los otros cinco países no han firmado el
mencionado tratado; tres de éstos son India, Pakistán y Corea del Norte que
reconocen tener armas nucleares; y de Israel e Irán existen suficientes
indicios de que desarrollaron y tienen armas nucleares, aunque tal tenencia no
ha sido confirmada ni negada por estos países.
Las armas de destrucción masiva
representan un gran riesgo para la Humanidad y, en general, para la Naturaleza
Terrestre, ya que pueden generar daños mucho peores que los perjuicios que
provoca el desorden gubernamental. Como están las cosas hoy en día, con sólo
una falla de tecnología se pueden activar incidentes o mecanismos que conlleven
al uso o detonación de armas de destrucción masiva, y en la práctica hay
diversas posibilidades de que nos ocurra un desastre nuclear. Pero no existe un
mecanismo que elimine las posibilidades de que pueda ocurrir tal cosa, ya que
el uso de dichas armas lo determinan unas personas que no siempre son ecuánimes
para tan delicado asunto.
Creo que la Globalización Humana en
una sola dirección es lo único que puede generar mecanismos efectivos que
eviten las guerras entre seres humanos. Necesitamos que haya un Director de la
Humanidad con el poder real de prohibir y evitar los conflictos bélicos
humanos, internos y externos, y que las armas sólo sean para la defensa de la
Tierra y de las especies que habitamos en ella. Los ejércitos y las armas deben
ser concebidos para la defensa de ataques externos, ya sean de seres
extraterrestres o de choques con meteoritos o con cosas externoplanetarias, y
no para matar gente.
Debemos reconocer que nos hemos
manejado muy mal con la Madre Naturaleza y entre nosotros mismos y que es
necesario un Jefe que tenga el poder de corregir el comportamiento humano.
Aunque la Humanidad sabe desde tiempos remotos que las guerras sólo generan
muertes, destrucción y daños infinitos, jamás ha pasado un día sin que haya
guerra en algún lugar del mundo, y la única manera de solucionar ese desatino
humano es estableciendo una Globalización Humana de Propósitos, es decir,
convertir la Tierra en un grupo de Estados Unidos del Mundo y engranar a toda
la Humanidad hacia unos mismos proyectos benéficos y pacíficos.
Mi historia de pato muerto es un
hecho inusitado que ocurrió en Francia en el año 1664. El origen del asunto
surgió unos años antes cuando el duque de Beaufort, al regresar de un viaje le
trajo de regalo a su primo, el rey Luis XIV de Francia, un negrito de una de
las tribus africanas de pigmeos. Dichas tribus aún existen, pero, en esa época,
aunque en Europa había esclavos negros, la existencia de pigmeos negros era
desconocida y, por lo tanto, desde el punto de vista del duque de Beaufort, el
joven negrito era una novedad digna de hacer parte de la colección de cosas
raras de su primo y rey de Francia.
Cabe aclarar que, desde tiempos
remotos, en varios lugares de África existen unas tribus cuyos individuos, en
promedio, miden menos de metro y medio de estatura y son denominados como
Pigmeos Africanos. Además de ser de baja estatura, los pigmeos suelen ser
flacos y desnutridos ya que sólo se alimentan de frutos selváticos y de la
cacería sin control de todo lo que les pueda suministrar carne. Por el hecho de
ser bajitos y flacos, los integrantes de dichas tribus se salvaron de ser
esclavizados; los traficantes de esclavos solo compraban negras y negros
fuertes y de estatura alta y por ello las tribus de pigmeos siguieron siendo casi
desconocidas.
El negrito estaba bien de salud y
para nada molestaba a su amo, quien le daba trato de mascota, pero el rey muy
pronto se sintió encartado con su pigmeo y no sabía qué hacer con él. Su
majestad, luego de hacer que un cura lo bautizara con el nombre de Nabo, se lo
regaló a su esposa, María Teresa de Austria, que era hija del rey de España
Felipe IV y doble prima suya, cuya boda se había realizado con bombos y
platillos, pero en realidad dicha unión no era mas que un matrimonio
endogámico, hecho por conveniencias políticas.
El rey Luis XIV fue uno de los
tantos monarcas que no les alcanzaba el amor de una sola mujer, y hasta tal
punto que se decía que tenía relaciones sexuales con todas las mujeres de su
entorno; en este asunto, el tipo era un semental que le daba igual si se
trataba de una dama casada o de una mucama sin marido, y, de las mujeres que él
se antojaba, nada ni nadie podía impedir que las clavara, pues era considerado
como el Rey Sol de la entonces todopoderosa Francia, y ni en esa época ni nunca
ha habido justicia para castigar las élites abusadoras, un perpetuo atropello
humano que se podría acabar de la forma antes propuesta.
Aunque era un auténtico puya loca,
el llamado Rey Sol siempre tenía una amante favorita con la que pasaba sus
mejores ratos, pero, por atender a su concubina especial, descuidaba a su
esposa que desde su punto de vista era una mujer desabría y poco atractiva. Y
según La Historia de un Morito
Desproporcionado, un libro escrito por Dina Iris, una dama culta que fue
obligada a hacer parte del harén del rey Felipe XIV, la llegada del pigmeo Nabo
acabó con el aburrimiento de María Teresa de Austria.
Dicho libro cuenta que la esposa del
rey hizo vestir a Nabo con una ropa que lo convirtió en un gracioso pajecito, y
que poco después se convirtió en el único varón que hacía parte del grupo de
damas de compañía de su alteza. Y si bien el rey no sabía qué hacer con el
negrito, su esposa sí supo divertirse con el ahora pajecito Nabo. El asunto se
puso interesante cuando las muchachas del séquito real descubrieron que el
miembro sexual del negrito era mucho más grande que el del rey Felipe y, claro
está, sin que lo dijeran, todas querían probarlo.
En esa época las mujeres francesas
eran sumamente eróticas, se decía que era difícil encontrar una francesa que no
fuera arrecha. Y se decía que las españolas eran pésimas en la cama, creencia
que enfurecía a la esposa del rey, quien aseguraba que no era menos hembra que
ninguna mujer y que se sentía orgullosa de ser española. Pero, según Dina Iris,
la esposa del rey quería ver con sus propios ojos cómo eran el manejo y los
movimientos de las francesas en la cama, actividad que, traducida al español de
mis paisanos, los galos llamaban Culeo.
Las muchachas del séquito real se
aterraron del tamaño del miembro sexual de Nabo, cuando lo desnudaron para
vestirlo de pajecito. Estando en esa labor, refiriéndose a dicho elemento, una
de ellas dijo: Nabo tiene un morito bien grande. Y otra respondió: Parece que
es más morito que Nabo; pienso que deberíamos llamarlo Morito. Entonces todas
soltaron una carcajada y convinieron que de ahí en adelante el pigmeo se
llamaría el Morito Nabo y con ese nombre lo llamaron desde entonces.
La reina quedó encantada cuando vio
a su pigmeo vestido de pajecito. Ella era lánguida pero no era de malas pulgas,
incluso, a veces les hacía bromas a algunas de las quince integrantes de su
séquito, de las que tres eran consideradas como adultas porque tenían como
treinta años y eran las que se encargaban de lo que tenía que ver con el vestir
de la reina. Una de éstas se llamaba Helena y aparentaba ser sumamente arrecha;
siete eran cantantes o tocaban algún instrumento, y las demás eran sus damas
acompañantes; ninguna de estas doce tenía hijo ni pasaba de veinte años, y, sin
excepción, con frecuencia todas tenían relaciones sexuales con el rey, y por
mucho tiempo su preferida había sido Helena.
Para el rey, las mujeres no eran más
que objetos sexuales. Nada de romanticismo, decía que eso era una bobada que
hacía perder el tiempo y ni siquiera las saludaba; cuando le daban ganas de
culiar, elegía a la que le diera la gana, la llevaba a uno de sus metederos y
de una le decía que se desvistiera y que le ayudara a él a quitarse la ropa. Y
las que no se portaran bien con él en la cama se arriesgaban a que sus matones
las convirtieran en pato muerto; en cambio, las que fingían sentirse bien con
su clavada y lo adulaban, por ejemplo, diciéndole que era el hombre más guapo
del universo, recibían muchos beneficios después.
Habiéndose ido el Morito a almorzar,
las muchachas aprovecharon para contarle a la reina acerca de la sorpresa que
habían tenido cuando le vieron el miembro sexual al pigmeo. A la reina le llamó
la atención ese asunto, el tema sexual había sido un tabú en su educación y
hasta ese día nadie le había hablado de ese asunto. Poco antes había visto una
obra de teatro en la que dos damas peleaban por un caballero; según la trama,
ninguna de las dos sabía leer, pero, aunque ambas eran hermosas, en lo
concerniente al sexo, una apenas sabía abrir las piernas y el tipo dijo que se
quedaba con la otra porque culiaba muy rico.
A la reina no le habían enseñado a
culiar y de eso lo único que sabía era abrir las piernas. Desde ese momento
empezó a pensar en lo instructivo y divertido que sería ver a Helena culiando
con el Morito. Analizó el asunto y poco después le ofreció un valioso premio,
cuya cantidad, de acuerdo a lo que dijeran las demás chicas acerca de la
calidad del polvo, podría triplicarse. Helena aceptó el reto, dijo que el
pigmeo tenía un ‘moro’ espectacular y que el único inconveniente era que él no
hablaba francés. Pero una de las chicas explicó que “todas las cricas y todos
los penes hablan el mismo idioma cuando están culiando.”
Luis XIV solía decir que él además
de ser el rey de Francia era el Estado francés. El tipo tenía un reguero de
ejércitos matando y haciéndose matar para saquear riquezas y tomar territorios
con los que el rey cada día se hacía más rico y más poderoso, mientras el
monarca se paseaba entre Paris y Versalles, dándose una gran vida con fiestas,
lujos y mujeres hermosas. Y la reina vivía llena de lujos y comodidades, pero
aburrida por el encierro y la monotonía de la rutina palaciega; las escapadas
de su esposo eran duraderas y frecuentes y sus relaciones sexuales eran pocas.
La reina no intimaba con las mujeres
de su séquito, las reglas de protocolo lo prohibían, pero las cosas cambiaron
desde que empezó el lío con el Morito. Ella estaba convencida de que las reglas
protocolarias eran las causantes de la ruina de los polvos monárquicos y quería
que el evento sexual de Helena con el Morito se realizara sin protocolo y con
libertad total. Y quería que el evento mereciera el premio, detalle que les
explicó a sus damas, por lo que con gran esmero y entusiasmo se dedicaron de
lleno a preparar dicho espectáculo.
Helena explicó que para poder echar
un polvo espectacular con el Morito era necesario enseñarle a culear al estilo
francés y que, por lo tanto, antes del evento era indispensable culear con él hasta
que aprendiera. Sin embargo, la reina dijo que lo conveniente era que echaran
solo un polvo antes del evento, porque se corría el riesgo de que el Morito
fuera perdiendo el interés en la misma crica, tal como, según ella, ocurría con
todos los hombres.
El Morito Nabo era mal estudiante de
francés y buen aprendiz de baile y de todo lo que tuviera que ver con
diversión. Al tipito le gustaba que lo mimaran y su comportamiento era más de
mascota que de esclavo; le gustaba sentarse cerca de Helena o estar a su lado,
era perezoso y no se inmutaba cuando lo regañaban. Siempre estaba de buen
humor, tenía ojos negros, pelo enredado, dentadura blanca y sana y era bastante
bembón.
La reina tenía a su servicio un
capellán mayor y un cura novato. Su alteza los manejaba a su antojo, pero no
por eso dejaban de ser un encarte, especialmente el veterano con sus largos y
alabanciosos sermones. Esas alabanzas le encantaban al rey, pero la reina las
detestaba y tenía que oírlas en silencio, pues, por el solo hecho de ser mujer
y extranjera, estaba obligada a soportarle a su esposo toda clase de
humillaciones discriminatorias y xenofóbicas, asuntos de los que quería
desquitarse.
En esos días el rey se fue de pesca
y cacería, con un numeroso grupo de invitados y diplomáticos extranjeros, y la
reina sabía que a su esposo lo acompañaba una de sus favoritas y que esa
aventura iba a durar varios días. Helena eligió una cama grande, abullonada, y
con sus dos compañeras la trasladaron al sitio que la reina había elegido para
el espectáculo sexual; en esa cama ya había echado el polvo de prueba con el
Morito y lo único que faltaba para realizar el evento era la orden de su
alteza.
Por instrucciones de la reina, el
séquito se había dividido en dos grupos y cada uno debía llevar al evento y
apoyar a uno de los dos actores. Sin embargo, por estrategias del séquito,
Helena y el Morito no llegaron con su majestad al salón asignado, porque habían
sido separados desde mucho antes de iniciar el espectáculo. Dicho lugar había
sido acondicionado sólo con lo indispensable para que su majestad viera
cómodamente el espectáculo, ya que la reina no quería que hubiera lujos o
detalles que pudieran desconcentrar al Morito, aunque, también por voluntad de
la reina, llevaron toda clase de licores para celebrar el polvo y la entrega
del premio.
La reina se sentó, pidió whisky y
les dijo a sus acompañantes que tomaran lo que desearan. Se había puesto un
vestido de algodón que le había regalado la esposa de un diplomático africano.
Le quedó preciso, ella nunca lo había usado porque consideraba que era muy
sencillo y que no estaba a la altura de su alcurnia, pero las damas dijeron que
ese era el vestido que más le lucía y que con ningún otro traje se veía tan
hermosa como con este, que era de un color fucsia brillante.
Tres asistentes de cada uno de los
bandos protagonistas le pidieron permiso a su majestad para ir a preparar los
últimos detalles y traer a los actores al escenario. La reina les explicó que
tenían libertad para preparar a Helena y al Morito de la manera que ellas
estimaran conveniente, que si creían que era conveniente darles un poco de
licor que se los dieran. Ellas se llevaron dos botellas de madera, una con
whisky y la otra con vino, pero el vino quedó intacto. Helena se tomó varios
tragos de whisky, y las asistentes del Morito solo le dieron dos traguitos, ya
que él nunca había tomado whisky y era fácil que se emborrachara y no pudiera
hacer lo que se esperaba.
En el escenario el tiempo pasaba
rápido. Mientras al lado las preparadoras se afanaban en los detalles de
presentación de los actores, en el salón la reina tomaba whisky y se sentía
feliz con su cómodo y hermoso vestido. Helena llegó primero al escenario y fue
recibida con aplausos. Traía puesta una bata larga que cerraba con solo dos botones
y le dejaba casi a la vista las tetas y la crica; Nabo entró cuando finalizaron
los aplausos, traía puesta una bata enteriza que, al contrario de la de Helena,
no dejaba nada a la vista. Las damas creían que, por respeto, el miembro sexual
de Nabo no debía ser visto por su majestad, pero ella explicó que ambos debían
actuar con naturalidad y tan desnudos como habían venido a este mundo, y, en
tono suave, le dijo a Helena que quería ver una buena demostración del famoso
culeo de las francesas.
Los dos actores se sentaron en la
cama y Helena tomó la iniciativa. Sentó a Nabo en sus piernas, le dio un trago
y le dijo que le soltara los botones de la bata, el pigmeo obedeció y al soltar
los botones quedaron a la vista sus dos enormes tetas. El tipito, forzado por
ella, tímidamente empezó a acariciarle las tetas; lo que él quería acariciarle
era la crica, pero Helena la tenía tapada con las puntas de la bata. En forma
sorpresiva, ella le levantó la bata al pigmeo y dejó a la vista su enorme
miembro sexual. Y, cuando las mujeres vieron el desproporcionado miembro del
pigmeo, dieron un grito que debió oírse en todo el palacio; todas, incluida la
reina, se rieron y aplaudieron cuando Helena besó la cabeza del erecto pene del
Morito.
Helena untó crema en el pene del
pigmeo y el evento sexual empezó enseguida. El Morito tomó a Helena de los
pies, le abrió totalmente las piernas y lentamente le introdujo su enorme
miembro sexual; ella empezó a moverse y a chillar y en la medida que aceleraba
el culeo aumentaba el volumen y la intensidad de los chillidos. Los numerosos
cambios de posición, con el mismo agite y sin que se desclavaran, fue lo que
más impresionó a su majestad. Ella trató de dibujar las posiciones más
novedosas, pero cambiaban tan rápido y fueron tantas que optó por memorizarlas.
El evento no duró mucho, pero fue espectacular, y a la reina le quedó claro que
las francesas como eran de flojas para el trabajo lo eran de ágiles para
culiar. Se tomó varios tragos dialogando con las integrantes de su séquito y les
dijo que la premiación se haría el día siguiente en ese mismo lugar.
El libro de Dina Iris no dice cuál
era el premio. Explica que, el día siguiente, su majestad hizo la reunión y les
preguntó de una en una si creían que la actora merecía más del premio y que,
con la excepción de dos chicas cantantes, las demás respondieron que con el
premio estaba bien. Y desde el punto de vista de las dos cantantes, Helena
cambiaba muy rápido las posiciones, estuvo un poco desconcentrada y ellas
hubieran preferido verla echando un polvo menos espectacular y con más
sabrosura. Al oír la explicación de las dos chicas, la reina dijo que
levantaran la mano las damas que, actuando con el Morito, estuvieran dispuestas
a participar en una competencia sexual para ganarse el vestido que ella había
usado el día anterior. Todas levantaron la mano e hicieron un bullicio y cuando
hubo silencio la reina le ordenó a su dama favorita que le entregara el premio
a Helena.
Ese mismo día se realizó la primera
competencia sexual por el vestido. Concursó una de las chicas que habían
criticado a Helena y, según los comentarios, dejó en alto el culeo de las
francesas. Se había convenido que, en cada evento, cada una de las integrantes
del séquito daría una calificación entre tres y cinco puntos; a esta
participante le faltaron solo tres puntos para obtener el máximo puntaje, pero,
en los eventos siguientes, todas culiaron con dureza y casi todas sacaron ese
mismo resultado. La ganadora del premio fue la otra chica que había criticado a
Helena, a ésta le faltó un solo punto para obtener la máxima calificación.
Considero que no es necesario entrar
en detalles, la conclusión es que todos los eventos sexuales fueron
espectaculares. La obra de Dina Iris dice que en esa época las francesas eran
muy ardientes y muy buen catre y que las españolas eran buenas trabajadoras
pero apagadas y malas en la cama. Ese día, en la entrega del premio, la reina
protagonizó varias sorpresas. Primero ordenó vestir en secreto a la ganadora
con el vestido que se había ganado y ella llegó de sorpresa con él ya puesto,
pero lo mejor estaba por llegar. Su majestad dijo que había comprado dos
caballos pony para dárselos a Nabo y que con él iba a echar un polvo al estilo
español, y sin rodeos les pidió a las damas de su séquito que, cuando
terminara, le dijeran las fallas que hubiese cometido.
Su majestad, al iniciar la faena
sexual tomó por el gajo al pigmeo y le chupó el pene. Y, en resumen, durante el
polvo se movió poco y se cansó rápido; debido al cansancio de la reina, a Nabo
le tocó ponerla en una posición que las francesas llamaban Vaca Muerta, un modo
que consistía en ponerle una almohada en las nalgas a la hembra, abrirle las
piernas y estando ella quieta, darle clavo hasta terminar, y así fue como
terminó el evento. Sin embargo, según el dictamen de las damas del séquito, la
peor falla del polvo no fue ni la falta de movimientos ni el cansancio de la
protagonista sino la falta de chillidos; todas ellas habían hecho un concierto
de chillidos en sus actuaciones sexuales y la reina actuó en silencio. Al oír
esa crítica la reina les preguntó cuál era la importancia de los chillidos en
los polvos; ellas respondieron que un polvo sin chillidos era como una fiesta
sin música.
En su libro, Dina Iris cuenta que,
con frecuencia, en las noches siguientes escuchaba a la reina en plena faena
con Nabo, interpretando con dureza ‘la música del amor’, pero que ese romance
no duró mucho porque la reina quedó embarazada e hizo toda clase de parapetos
para abortar y nada le dio resultado. La autora se imaginaba que la reina
estando en ese agite había hablado del asunto con el capellán mayor y había
puesto a Nabo bajo su cuidado; aunque la reina no logró abortar, ella creía que
por las tantas cosas que se hizo con ese propósito, el embarazo fue duro y
complicado. Para tapar los cuernos hizo creer que su embarazo había ocurrido
dos meses después del verdadero inicio y por eso todos creyeron que el parto se
había adelantado. Antes del parto duró tres días dando gritos y pataletas en su
cama, con su séquito a su lado rezando. Y, poco después del parto, el capellán
mayor se desmayó cuando vio la horrible y negrita criatura que había parido su
majestad. Nació una niña, negra como el carbón y bembona; Dina Iris creía que
las pataletas de la reina habían sido para que la criatura naciera muerta y
que, de haber sido así, solo logró causarle hinchaduras a la bebé, detalles que
desaparecieron poco después pero que la hicieron ver mucho más fea en el
nacimiento.
Como cosa rara, el rey Luis XIV
estuvo pendiente de su esposa durante los dolores del parto. En esos días,
además del personal médico de la monarquía y el capellán mayor, solo se les
permitió entrar al aposento donde convalecía la reina a las integrantes de su
séquito, del que ya no hacía parte el pigmeo Nabo y que por lo tanto quedó
integrado en su totalidad por mujeres. El desmallo que le dio al capellán
cuando vio a la recién nacida duró varias horas y fue casi un infarto; por la
gravedad del asunto, el personal médico tuvo que dividirse en dos grupos, una
parte de éstos continuó atendiendo a la reina y a la ‘princesa demonio’ y la
otra se encargó de revivir al capellán.
El libro de Dina Iris hace un
extenso y detallado relato de los inusitados hechos que se presentaron en el
momento del parto de la reina y durante el desmallo del capellán. El resumen de
dicho relato es que, por su aspecto horrible, todos le tenían miedo a la
‘princesa demonio’, nadie quería lidiarla ni encargarse de ella. Añade que la
niña nació con hambre y que no le quitaba la vista al médico que la alimentó;
que cuando el capellán revivió, los médicos se llevaron a la ‘princesa demonio’
y que, muchos años después, ella había visitado a la princesa en el convento de
Moret, donde ejercía como Louise Marie-Therese y donde vivió toda su vida,
desde el año 1664 hasta el 1732.
Numerosos autores han escrito acerca
de la vida de princesa negra Louise
Marie-Therese, inclusive, Voltaire dejó escrito que sostuvo una entrevista con
ella. Además, en la Biblioteca de santa Genoveva de Paris existe un cuadro
con el retrato de ella, que fue pintado en 1695, y en diversos lugares se conservan varias cartas que se cruzaron ella y
sus familiares de las monarquías francesa y española, pero nadie se atrevió tan
siquiera a mencionar a su verdadero padre, el pigmeo Nabo. Al final, el libro
de Dina Iris dice que, sobornados por la reina, varios médicos y el capellán
mayor lograron convencer al rey de que él era el padre de la ‘princesa negra’;
en un párrafo dice que “para lograr ese propósito, los médicos le explicaron al
rey Luis XIV que, según el muy sabio capellán mayor, habían existido ancestros
negros, tanto en la monarquía francesa como en la española, y que, por haber
tenido ellos esos ancestros, científicamente era totalmente posible que
hubieran tenido una hija negra, y que lo ocurrido a sus majestades no se
presentaba con frecuencia pero que era una regla genética normal.”
Dina Iris
cuenta que la reina duró pocos meses culiando con el pigmeo, y que,
aprovechando las frecuentes ausencias del rey, culiaban de seguido y con
dureza, y que siete meses antes del nacimiento de la ‘princesa negra’, al darse
cuenta la reina que el tipito la había preñado, le dio a él una mezcla de
venenos, y que cuando éste empezó a dar gritos, con el argumento de que el pigmeo
podía estar enfermo de algún mal contagioso, ella se lo entregó al capellán
mayor y que por instrucciones de su majestad él lo encerró en un sótano en el
que en poco tiempo se convirtió en pato muerto. Según Dina Iris, al rey le
gustaba la música del amor y la reina lo encoñó porque desde entonces en cada
polvo le daba un concierto de chillidos. Y así finalizó mi historia de pato
muerto y mi actuación en este Congreso. Gracias señoras y señores mandracus por
la atención que me prestaron.
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