La existencia de los espíritus es cierta. Muchas personas han muerto y,
por alguna razón, sus espíritus han quedado frecuentando en alguno o en varios
de los lugares donde estuvieron siendo seres humanos. Pero los espíritus solo
pueden aparecer en lugares que éstos hayan conocido cuando eran seres humanos,
es decir: un espíritu no puede aparecer en un sitio donde no estuvo siendo un
ser humano. Sin embargo, los espíritus pueden ir a cualquier parte si van ´pegados´
en un ser humano vivo, tal como es contado en el libro El Tesoro de
Dosbokas.
La anterior explicación sirve de base para entender que todas las
supuestas apariciones del espíritu de la Virgen María en países de América son
mentiras y/o patrañas de la Iglesia, pues la señora madre del inventor del
cristianismo ni siquiera supo de la existencia de América, ya que supuestamente
vivió 14 siglos antes de que los cristianos supieran de la existencia de este
continente.
Vale aclarar que no existen datos históricos de Cristo, ni mucho menos de su señora madre; la endiosada de Cristo y la virginidad de María fueron establecidas por la oligarquía cristiana, en el año 431 en el Concilio de Éfeso, por lo tanto, ninguno de los dos tuvo nada que ver con la calumnia de que Dios tuvo un hijo con una mujer ni con la ridícula farsa de la virginidad de María. Para saber todo este asunto, lean Crónica de Farsas y Absurdos Históricos, una obra de contenido histórico que se puede leer o bajar de este blog
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