El
17 de febrero de 1600, en Roma, el eclesiásticamente adoctrinado pueblo romano
fue testigo de la muerte, en una hoguera, del astrónomo y científico Giordano
Bruno, condenado por la Iglesia por asegurar que “la Tierra es redonda y además
de dar vueltas en su propio eje gira alrededor del sol que es una de las tantas
estrellas que hay en el universo”. Y, por los avances científicos, el 27 de
marzo de 2020, gran parte de la población del ya comprobado rotante globo
terrestre vio al papa Francisco en la Santa Sede, humillado dando misa en
solitario, castigado por un virus tal vez elaborado por científicos, quizá para
convertir en pato muerto, entre otros, a los corruptos y degenerados sexuales
monarcas eclesiásticos y sus secuaces, que, por ser inmunes a las leyes humanas,
siempre han sido violadores de menores y abusadores de las personas desprotegidas.
Cada quien vio eso a su manera, pero muy pocos
saben que este papa, como casi todos los pontífices, está lejos de ser el buen
santo que aparenta. Además, la gran mayoría de la gente del común ignora que la
Iglesia siempre ha preferido que el papa sea un astuto político full delitos y
no un hombre religioso, por lo cual los papas y los santos de la Iglesia han
sido las personas más criminales de la humanidad.
No es fácil dar la talla para ser jefe de la Iglesia,
la entidad que conocemos como El Vaticano, que es una monarquía teocrática
capitalista que jamás ha respetado a Dios y mucho menos la fe de los creyentes
cristianos, ya que siempre ha usado el nombre del Creador para lucrarse, y, también para lucrarse, a
nombre de Cristo ha cometido todos los delitos humanamente posibles. Desde
tiempos remotos, en la Santa Sede lo que no es sagrado es secreto y por lo
tanto no hay forma de saber cómo se reparte allí el Señor Dinero, que es el
único dios de sus monarcas, pero es obvio que el papa Francisco sabe y acepta
que él sólo es la cara amable del cartel más oscuro del mundo y que por lo
tanto está lejos de ser el hombre bueno y piadoso que aparenta ser.
Si nos atenemos a los registros históricos (véalos
en el libro Crónica de Farsas y Absurdos Históricos), papa
de la Iglesia es sinónimo de político y gran delincuente
universal, y santo es sinónimo de gran delincuente que al
delinquir favoreció a la Iglesia, como lo fuera, entre tantos, san Adriano III,
quien antes de ser papa era un poderoso político y oligarca romano que tenía la
costumbre de sacarles los ojos a sus enemigos. Pero, según los registros
históricos, este no es el único santo criminal pues casi todos los santos han
sido personajes criminales; en este caso, para darle una razón al tema de esta
Entrada, voy a referirme a san Roberto Belarmino, el santo que representó el
papa Francisco hasta el día que fue entronizado, quien, además de pertenecer a
la rosca de la monarquía eclesiástica romana, fue un cardenal servil de la
Iglesia, bruto y sanguinario, que ahora además de santo es Doctor de la
Iglesia.
San Roberto Belarmino, de quien es gran admirador
el papa Francisco, fue un temible asesino eclesiástico que vivió entre los años
1542 y 1621 y que en su tiempo fue el equivalente del criminal nazi Heinrich
Himmler; entre su gran número de víctimas están el sabio Giordano Bruno, a
quien quemó en una hoguera a la vista del público el 17 de febrero de 1600, y
el famoso astrónomo Galilei Galileo a quien condenó a morir encerrado cerca de
Florencia. Pero, en forma voluntaria, el entonces cardenal Bregoglio, desde el
21 de febrero de 2001 asumió el Título Cardenalicio San Roberto Belarmino, es
decir, aceptó ser el representante del criminal, santo y doctor Belarmino, y lo
ejerció hasta el día 13 de marzo de 2013 cuando se convirtió en su santidad
Francisco, un ‘honor’ a este santo que, por muchos detalles, muy pocas personas
aceptarían asumir.
Dígase lo
que se diga, por el mero hecho de ser religioso o buena persona no se llega a
ser pontífice de la Iglesia, es decir, a ser el líder del cartel criminal más
poderoso del mundo, como lo es el Vaticano. Yendo en esa línea, recordemos que Jorge
Mario Bergoglio, el ahora papa Francisco fue uno de los cardenales involucrados
en una investigación, según se dijo, por haber recibido del Opus Dei un millón
de dólares de soborno por votar, en el cónclave del 19 de abril de 2005, a
favor de la elección del ahora retirado papa Benedicto XVI, el entonces
cardenal J. Ratzinger.
Y vale tener en cuenta que el papa Francisco
pertenece a la Compañía de Jesús, los jesuitas, secta que desde que existe ha
sido una organización eclesiástica militar, insaseable y full criminal. Para dar una idea del radicalismo de los
Jesuitas, vale mencionar que su lema es: “Militar para Dios bajo la bandera de la cruz y
servir sólo al Señor y a la Iglesia, su Esposa, bajo el Romano Pontífice,
Vicario de Cristo en la tierra.”
Desde
que existe, La Compañía de Jesús ha sido la secta más criminal y más odiada del
mundo; en sus memorias, Napoleón Bonaparte escribió: “Los jesuitas son
una organización militar, no una orden religiosa. Su jefe es el general de un
ejército, no el mero abad de un monasterio. Y el objetivo de esta organización
es Poder, Poder en su más despótico ejercicio, Poder absoluto, universal, Poder
para controlar al mundo bajo la voluntad de un sólo hombre (El Superior General
de los Jesuitas). El Jesuitismo es el más absoluto de los despotismos y, a la
vez, es el más grandioso y enorme de los abusos.”
Y
el segundo presidente de los EE.UU., John Adams (1797-1801), dijo: “No me
agrada la reaparición de los jesuitas. Si ha habido una corporación humana que
merezca la condenación en la tierra y en el infierno es esta sociedad de
Loyola. Sin embargo, nuestro sistema de tolerancia religiosa nos obliga a ofrecerles
asilo.”
En el año 2016, Carlo María Vigano, nuncio
papal en Washington, difundió una carta en la que acusaba al papa Francisco de
hacer la vista gorda y de no pararles bola a los abusos sexuales de los
jerarcas de la Iglesia, a la vez que lo instaba a renunciar. Lo más grave
de dicha acusación tenía que ver con el hecho de que el papa Francisco anuló
las sanciones que Benedicto XVI le había impuesto al cardenal Theodore McCarrik
por haber abusado sexualmente de numerosos seminaristas y de un monaguillo.
Este es un caso muy parecido al del cura Marcial Maciel, un cura mejicano full
delitos que, porque le generaba enormes sumas de dinero a la Santa Sede, fue
protegido personalmente por su santidad, el papa Juan Pablo II.
Con certeza sabemos
que el mundo da varias clases de vueltas, pero, hasta el momento, los humanos
en realidad nada sabemos acerca del Creador. Sin excepción, todo lo que se ha
escrito, se ha dicho y se dice de Dios, son sólo leyendas, fantasías o
suposiciones que muchos vividores han aprovechado para lucrarse. Ahora se dice
que el covi-19, el virus que humilló al papa y puso en cuarentena a la
humanidad, con propósitos oscuros surgió de un proceso científico, cosa que
puede ser cierta, pues hay que admitir que tanto la religión como la ciencia
han sido usadas para el Bien y para el Mal, y, desde mi punto de vista, esta humillación
que tuvo que encarar el papa es una de las vueltas que da el mundo, pero creo
que de manera directa el Creador nada tiene que ver con las cosas que ocurren
en la evolución de nuestra naturaleza, y pienso que el Diablo, como individuo,
jamás ha existido y doy por hecho que la Religión es el invento político
más perverso de la humanidad.
Dice usted grandes verdades, cosas que estan a la vista, pero aun asi nadie las quiere ver. La fe es ciega de eso no cabe duda, la iglesia una gran empresa que con el pasar de los años se adapta a los cambios en la sociedad y continua perdurando. Cuna de pedófilos, y en algunas naciónes con proteccion y subencion economica por parte del estado.aun asi frente a calamidades, la solucion es orar.
ResponderEliminarGracias por su comentario. A quienes deseen saber los increíbles delitos de los papas cristianos y de los califas musulmanes les recomiendo leer CRÓNICA DE FARSAS Y ABSURDOS HISTÓRICOS, libro este que se puede leer y/o bajar gratis de este blog
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