Está
cerca el destape de que la humanidad surgió de extraterrestres, con lo cual se
convertirán en Pato Muerto la Iglesia y casi todas las viejas creencias
religiosas.
Luego de la proclamación española del engañoso Descubrimiento de
América, la monarquía eclesiástica decía que los cristianos europeos sólo iban
a esas lejanas tierras con la mera intensión de salvar las almas de los
‘nativos salvajes’ de este continente. Sin embargo, los supuestos cristianos
aseguraban que venían en representación de los monarcas, y, obligatoriamente,
todo lo que había en ‘Las Indias’ se les debía entregar, ya que el papa les
había regalado a sus patrones todo el territorio, supuestamente recién
descubierto, con todo lo que en éste hubiera. Para formalizar esa toma de
riquezas, en cualquier lugar y en un idioma que ningún americano entendía, sin
que fuera necesaria la presencia de algún nativo era leído El
Requerimiento, cuyo contenido transcribo a continuación:
“De parte del rey,
Don Fernando, y de su hija, Doña Juana, reina de Castilla y León, domadores de
pueblos bárbaros, nosotros sus siervos, os notificamos y os hacemos saber, como
mejor podemos:
Que Dios nuestro Señor, uno y eterno, creó el
cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de quien nos y vosotros y todos los
hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos los que
después de nosotros vinieran. Mas por la muchedumbre de la generación que de
estos ha salido desde [hace] cinco mil y hasta más años que el mundo fue
creado, fue necesario que los unos hombres fuesen por una parte y otros por
otra, y se dividiesen por muchos Reinos y provincias, que en una sola no se
podían sostener y conservar.
De todas estas gentes Dios nuestro Señor dio
cargo a uno, que fue llamado San Pedro, para que de todos los hombres del mundo
fuese señor y superior a quien todos obedeciesen, y fue cabeza de todo el
linaje humano, dondequiera que los hombres viniesen en cualquier ley, secta o
creencia; y dióle todo el mundo por su Reino y jurisdicción, y como quiera que
él mandó poner su silla en Roma, como en lugar más aparejado para regir el
mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes, cristianos, moros, judíos,
gentiles o de cualquier otra secta o creencia que fueren. A este llamaron Papa,
porque quiere decir, admirable, padre mayor y gobernador de todos los hombres.
A este San Pedro obedecieron y tomaron por
señor, Rey y superior del universo los que en aquel tiempo vivían, y así mismo
han tenido a todos los otros que después de él fueron elegidos al pontificado,
y así se ha continuado hasta ahora, y continuará hasta que el mundo se acabe.
Uno de los Pontífices pasados que en lugar de
éste sucedió en aquella dignidad y silla que he dicho, como señor del mundo
hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Océano a los dichos Rey y
Reina y sus sucesores en estos Reinos, con todo lo que en ella hay, según se
contiene en ciertas escrituras que sobre ello pasaron, según se ha dicho, que
podréis ver si quisieseis.
Así que sus Majestades son Reyes y señores de
estas islas y tierra firme por virtud de la dicha donación; y como a tales
Reyes y señores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido notificado,
han recibido a sus Majestades, y los han obedecido y servido y sirven como
súbditos lo deben hacer, y con buena voluntad y sin ninguna resistencia y luego
sin dilación, como fueron informados de los susodichos, obedecieron y
recibieron los varones religiosos que sus Altezas les enviaban para que les
predicasen y enseñasen nuestra Santa Fe y todos ellos de su libre, agradable
voluntad, sin premio ni condición alguna, se tornaron cristianos y lo son, y
sus Majestades los recibieron alegre y benignamente, y así los mandaron tratar
como a los otros súbditos y vasallos; y vosotros sois tenidos y obligados a
hacer lo mismo.
Por ende, como mejor podemos, os rogamos y
requerimos que entendáis bien esto que os hemos dicho, y toméis para entenderlo
y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo, y reconozcáis a la Iglesia
por señora y superiora del universo mundo, y al sumo pontífice, llamado Papa, en
su nombre, y al Rey y Reina doña Juana, nuestros señores, en su lugar, como a
superiores y Reyes de esas islas y tierra firme, por virtud de la dicha
donación y consintáis y deis lugar que estos padres religiosos os declaren y
prediquen lo susodicho.
Si así lo hicieseis, haréis bien, y aquello
que sois tenidos y obligados, y sus Altezas y nos en su nombre, os recibiremos
con todo amor y caridad, y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y haciendas
libres y sin servidumbre, para que de ellas y de vosotros hagáis libremente lo
que quisieseis y por bien tuvieseis, y no os compelerán a que os tornéis
cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad os quisieseis convertir a
nuestra santa Fe Católica, como lo han hecho casi todos los vecinos de las
otras islas, y allende de esto sus Majestades os concederán privilegios y
exenciones, y os harán muchas mercedes.
Y si así no lo
hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la
ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos
guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo
y obediencia de la Iglesia y de sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y
de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos
y dispondremos de ellos como sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros
bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos
que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y
protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a vuestra
culpa y no de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con
nosotros vienen.
Y de como lo decimos y requerimos pedimos al
presente escribano que nos lo dé por testimonio signado, y a los presente
rogamos que de ello sean testigos”.
En este pasquín perverso se asegura que hubo un papa, llamado san
Pedro, que en su tiempo gobernó el mundo. Pero, según los registros históricos,
en la supuesta época de los apóstoles, quienes gobernaron el Imperio Romano
fueron los Julio-Claudios, cuyos nombres y periodos de gobierno fueron así:
Octavio; desde el año 27 a.C. hasta el año 14 d.C. Tiberio; desde el año 14
d.C. hasta el 37 d.C. Calígula; desde el año 37 d.C. hasta comienzos del año 41
d.C. Claudio; desde el año 41 d.C. hasta el 54 d.C. Nerón; desde el año 54 d.
C. hasta el 68 d.C. Y Nerón fue reemplazado por el general Galba hasta el año
69 d.C. cuando éste fue asesinado y reemplazado por el general Otón, quien ese
mismo año fue obligado por Aulo Vitelio a suicidarse, y luego Vitelio fue
emperador de Roma hasta el 22 de diciembre de ese mismo año, cuando fue
asesinado por Tito Flavio Vespasiano quien fue el primer emperador de la
dinastía Flavia. Pero, no obstante a sus infinitas perversidades, casi todos
los miembros de estas dos dinastías (y de otras siguientes) se autoendiosaron;
o sea que, desde entonces y hasta ahora, Roma ha sido una fábrica de dioses y
santos.
Y, aunque parezca increíble, en Roma también han sido divinizados
personajes históricamente inexistentes, como es el caso de los supuestos 12
apóstoles, de quienes no existen registros históricos y, por lo tanto, es muy
probable que se trate de un masivo y falso canonizaje, ya que no existe mención
histórica de los supuestos apóstoles, y el contenido de los evangelios surgió
cuando hacía más de un siglo de sus supuestas muertes; en otras palabras: lo
más posible es que estos santos de la Iglesia, como personas humanas, nunca hayan
existido.
La Iglesia, el Vaticano, la Santa Sede o como quiera que se le llame a
esta organización perversa jamás ha sido digna de dirigir las creencias
cristianas, y mucho menos ha respetado al Creador; en su inicio lo primero que
estableció fue la obligatoria creencia de que Dios tuvo un hijo con una mujer, cosa
en la que no estaban de acuerdo gran parte de los creyentes cristianos de esa
época, y por éstos creer que con ello se estaba calumniando al Creador, la mal
llamada Santa Iglesia asesinó millones de cristianos indefensos.
Aunque varias organizaciones religiosas aseguran que el Hombre fue
hecho por Dios, a imagen y semejanza del Creador, lo cierto es que los humanos
nada hemos logrado saber acerca de Dios. Pero, debido a que estamos a punto de
que todo el mundo pueda conocer extraterrestres, el origen de la humanidad se
está destapando en un rumbo muy distinto; todo apunta a que el origen ancestral
humano es extraterrestre, y si este destape termina siendo cierto, el Vaticano
y varias organizaciones religiosas se convertirán en Pato Muerto, y es muy
probable que sea desvelado que, con el apoyo de varios gobiernos, estas
monarquías perversas, desde tiempos remotos, por conveniencias económicas y/o
políticas han hecho todo lo posible para que ignoremos la existencia de
extraterrestres.
Existen numerosos rumores que aseguran que el presidente Kennedy, antes
de ser asesinado, había decidido hacer público el trato que había entre EE.UU.
y varias organizaciones de extraterrestres, y que esa pudo ser la causa de ese
magnicidio, lo cual es explicado en Pato Muerto, un libro que se puede adquirir
en los enlaces escritos abajo:
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