James Hatfield fue
convertido en pato muerto, poco después de haber publicado su libro, titulado El Nerón del Siglo XXI, porque con su
obra puso en evidencia la mediocridad personal del presidente Bush y los
vínculos de él y de su familia con la mafia y el crimen organizado.
En poco tiempo, FIRE AND FURY se convirtió en un súper
éxito, algo que en vez de contento debería tener muy preocupado a su autor, ya
que nada de raro tiene que se repita lo ocurrido con el autor de EL NERÓN DEL
SIGLO XXI. A continuación adjunto la transcripción del segmento de dicha
historia, la cual es una de las tantas que contiene PATO MUERTO, un libro de mi
autoría que apenas está en proceso de publicación:
El pato muerto de mi historia escribió un libro titulado El Nerón del siglo XXI. Su nombre era
James Hatfield y sus verdugos fueron las mafias del gobierno del presidente de
Estados Unidos, George W Bush, quienes no le perdonaron el hecho de haberle
sacado los trapos sucios a este nefasto presidente, hijo de presidente, que es
considerado por muchos expertos en asuntos políticos como el peor Jefe de
Estado que ha ocupado la Casa Blanca y que, según rumores, en su elección
presidencial hubo fraude y toda clase de patrañas, cosa que, se ha dicho, se
repitió en su reelección.
Dicho escritor, antes de publicar el libro había estado
preso, en Texas, por haber servido de intermediario en un atentado que uno de
los jefes de la compañía inmobiliaria donde él trabajaba le hizo a una socia y
amante, para asesinarla porque ella lo estaba chantajeando con hacer públicas
las relaciones extramatrimoniales de ellos dos si él no le permitía aumentar el
saqueo de unos subsidios estatales que para fomentar o estimular algunas
labores y servicios recibía la empresa. Debido a la voracidad de dicha mujer,
los recursos cada vez eran más despojados y, por ese saqueo, surgieron
problemas internos de solvencia económica que tenían casi en la ruina a la
compañía.
Al comienzo, Hatfield
negó ese asunto, pero después reconoció que había estado preso. Según las
explicaciones que hizo en la segunda edición del libro, por el lío extramarital
de su jefe se había visto obligado a renunciar y que, cumpliendo el preaviso,
había quedado 30 días atrapado y que, en ese lapso, con la intensión de evitar
un enorme desfalco le tocó involucrarse como mediador de su jefe y amigo, para
convencer y sobornar con 5.000 dólares a un técnico para que fabricara y
colocara una bomba en el automóvil de la socia chantajista. El técnico colocó
en dicho vehículo una bomba que explotó, pero que por ser inofensiva no causó herido
ni generó daños mayores; el autor explicó que, por falta de dinero para la
defensa, él había sido el único detenido por ese asunto.
Por presiones políticas y económicas gubernamentales, el
cartel de los medios de comunicación de Estados Unidos fue forzado a convertir
en un peligroso delincuente a Hatfield. Tan pronto se supo del contenido del
libro, los secuaces de Bush arruinaron la fama del autor, desacreditaron su
obra y, para evitar líos judiciales, la primera editorial se vio forzada a
recoger y quemar todos los libros que había imprimido, pero, poco después, como
caído del cielo apareció otro editor decidido a publicar el libro.
En sí, el libro no es mas que una recopilación de los
problemas judiciales y personales que de alguna manera se habían sabido del
entonces candidato presidencial George W Bush, un delfín político que había
tenido problemas de alcoholismo y con el vicio de narcóticos, pero que, por
conveniencias políticas y económicas, sus asesores y el cartel de medios de
comunicación del país mostraban como un hombre intachable, que hacía parte de
la muy trabajadora clase media estadounidense y del que en cierta forma el
autor del libro se compadecía.
Aunque su equipo había hecho de todo para maquillarlo, el
George W Bush de El Nerón del Siglo XXI
ni trabajaba ni era de la clase media, como pretendían que se creyera, sino un
inútil oligarca, hijo de papis, que había sido arrestado por consumir y llevar
narcóticos y que, mediante varias patrañas, había logrado que los
administradores de justicia eliminaran los datos judiciales que figuraban en su
contra.
Muchos de los detalles del libro por casos judiciales de
Bush eran nefastos para el ahora presidente de Estados Unidos, igual que para
sus asesores de imagen, pero El Nerón del
Siglo XXI contenía datos que desde el 11 de septiembre del año 2001 se
volvieron peores que dichos líos, para el gobernante y su red empresarial, como
desde entonces lo era la revelación de que un hermano de Osama Bin Laden había
invertido 50.000 dólares en la compañía petrolera Arbusto que era de propiedad
de George W Bush, el entonces Jefe de Estado que estaba afrontando el problema
de la destrucción de Las Torres Gemelas, un hecho oscuro y lleno de
contrariedades que le fue atribuido a Al Qaeda, es decir, a la organización
terrorista fundada y dirigida por Osama Bin Laden, cuyo hermano mayor Shafig
Bin Laden era socio de Bush en la compañía Arbusto y quien, según se ha dicho,
estaba reunido con el presidente Bush en el momento del atentado.
Además, según el libro, la historia de la familia Bush
estaba tan ligada a asesinatos, maniobras financieras truculentas, hechos
escabroso y toda clase de crímenes que, para hacer una biografía que incluyera
todo el clan familiar del presidente, sería necesario escribir varios libros,
misión que para este autor era casi imposible ya que la rosca gubernamental y
el cartel de los medios de comunicación harían cualquier cosa para convertirlo
en pato muerto. Con la intención de silenciar el libro, los servicios de
inteligencia habían consultado el asunto con expertos en ese tema y el
veredicto era que los libros de ese calado son un veneno de información tan
potente que ni siquiera la Santa Iglesia y la Inquisición los pudieron
silenciar. Había quedado claro que, para evitar que se alargara ese escándalo,
era indispensable eliminar al escritor, pero debía morir por suicidio.
En este mundo no hay cosa importante en la que no estén
metidos los intereses de la de la rosca capitalista, política o mafiosa de los
Estados Unidos. En la práctica es mucho más complicada la elección del
presidente norteamericano que la del pontífice romano, ya que, aunque la
Iglesia también está metida en todas las cosas importantes del mundo, en la
elección de este presidente están en cuenta muchas riquezas multinacionales y
el poder mundial, y en la elección del papa sólo son tenidos en cuenta la
supervivencia de la Iglesia, los intereses de la rosca burocrática eclesiástica
y de algunas de las monarquías europeas.
De Estados Unidos es la empresa de tiendas más grande del
mundo, con sistema de autoservicio, y de estadounidenses son las empresas que
producen más de la mitad del armamento que se vende alrededor del orbe; y
también son los capitalistas de este país los dueños de las multinacionales que
más productos y servicios venden o explotan en el mundo, y, en la práctica, los
poderosos dueños de esos conglomerados económicos son los que deciden la
elección del presidente gringo.
La influencia de Bush padre fue determinante en el éxito
político y empresarial de Bush hijo, quien por mucho tiempo fue un bueno para
nada. En el año 1989, cuando la rosca política empezó a nombrarlo como posible
candidato a la gobernación de Texas, él le dijo a un amigo suyo: “Ya sabes,
podría presentarme para gobernador, pero en el fondo no soy más que una
creación de los medios de comunicación...Nunca he hecho nada”. Sin embargo,
Bush padre, además de ser un oscuro y poderoso empresario, fue congresista,
embajador, director de la CIA, vicepresidente, presidente y junto con David
Rockefeller y Henry Kissinger hace parte de los miembros más poderosos del
Grupo Bilderberg, un compendio de logros con el que este mandracu no necesitó
hacer mucho para que su hijo mayor fuera elegido presidente, para luego él con
su gallada gobernar en la sombra.
El escritor Hatfield quedó atrapado en la poderosa red de
apoyo del presidente Bush; tan pronto se supo de su obra, varios hombres lo
seguían a todas partes mientras a la vez soportaba una lluvia de amenazas de
muerte contra su hija y su esposa; como fue explicado, la primera edición, para
evitar líos judiciales fue recogida y quemada por el primer editor, y, cuando
encontró un nuevo editor, con amenazas le exigían que editara el libro a un
formato en el que la biografía del presidente coincidiera con la imagen del
líder político ejemplar que a toda hora veía la opinión pública por la prensa
escrita, la radio y la televisión, pero hacer ese cambio era inútil porque el
libro, igual pero con más datos oscuros acerca de la familia Bush, con el apoyo
de la editorial de un músico ya lo estaban vendiendo en muchos lugares.
El escritor no conseguía trabajo, pero, personas que él no
conocía, en todas partes lo invitaban a tomar licor y en poco tiempo se volvió
alcohólico y abandonó la escritura, lo cual hacía parte del trabajo sucio que
le hacía una agencia de inteligencia. Sin embargo, le daba vueltas al contenido
de su libro y siempre llegaba a la conclusión de que en su obra había datos
diferentes a los líos judiciales de Bush con los narcóticos que molestaban más
que éstos a la rosca del gobierno americano, pero, como eran tantos y tan
diversos, no se inclinaba por ninguno en especial. Pensaba que podía ser el
tema relacionado con la historia negra del poderoso banquero Prescott Bush,
abuelo del entonces presidente Bush, quien había financiado a los nazis y había
sido investigado por haber intentado un golpe de estado en Estados Unidos en la
época triunfante de Hitler. Y, por haber muerto antes del atentado del 11 de
septiembre, el autor no supo que uno de esos datos era el que se refería a la
sociedad de Bush con el hermano de Osama Bin Laden, en la que se lavaban
dineros de las más oscuras procedencias.
Con una alianza entre la rosca del gobierno y los carteles
poderosos de la prensa, la publicación del libro fue obstruida hasta después de
la campaña presidencial del año 2000, una contienda que, según se ha dicho, con
fraude y toda clase de patrañas ganó Bush con una diferencia de solo 525 votos
a favor, un resultado que hubiera podido ser distinto si, entre otras cosas,
los votantes al leer el libro hubieran sabido de la sociedad de Bush con el
hermano del ya mundialmente conocido líder terrorista que poco después de la
muerte del escritor, supuestamente, causó el mayor acto de terrorismo ocurrido
en Estados Unidos.
El 15 de julio de 2001, Hatfield fue con un abogado experto
en seguros, que le proporcionó el gobierno, a una empresa de seguros que, sin
que él lo hubiera solicitado, a favor de la hija y la esposa del escritor había
expedido una póliza por una fuerte suma de dinero que cubría su muerte por
cualquier causa, pero, aunque resultó ser legal, su vigencia era de un año y se
vencía el 21 de ese mismo mes. Dos días antes, el escritor había recibido dicha
póliza por correo y junto a ésta venía una nota que decía que debía suicidarse
antes de que se venciera el seguro, si no quería dejar a su familia en la
miseria. Puede resumirse que en la nota le advertían que de todos modos sería
pato muerto antes de terminar ese mes y que si se suicidaba no tendría que
sufrir el fuerte martirio del otro modo de muerte que le esperaba.
La nota le recordaba a Hatfield que el filósofo y escritor
Séneca, al arrepentirse de sus errores, se había suicidado para evitarle líos
con sus escritos al Nerón del primer siglo. Y le decía que Séneca, hasta
entonces, era un hombre rico, pero que luego de suicidarse, todas sus
propiedades pasaron a ser de Nerón quien además hizo suicidar a la esposa del
escritor, a sus dos hermanos, a un sobrino suyo y a todas las personas del
entorno del filósofo que no eran de su agrado, una injusticia que no se repetía
por sus errores ya que él sería el único ajusticiado y, a cambio de su absoluto
silencio en este asunto, su esposa y su hija cobrarían la póliza y quedarían
siendo ricas.
El escritor Hatfield fue hallado muerto en una habitación
del Hotel Days Inn de Springdale, Arkansas, el 18 de julio de 2001, en cuya
época él era el americano más perseguido por la maquinaria corrupta del
presidente Bush, liderada entonces por Karl Rove, un sujeto uña y mugre del
presidente Bush de quien se dice que fue quien delató la identidad de la espía
Valeria Plame, en represalia porque el diplomático Joseph Wilson, esposo de
ella, se opuso a la invasión de Estados Unidos a Irak. Antes de ser aliado de
Bush, Karl Rove había trabajado con el expresidente Nixon, un líder político
que era un gran maestro del engaño y de quien él había aprendido muchas de sus
patrañas.
Señoras y señores mandracus, fue un gran honor que me
escucharan con tanta atención. Espero que hayan disfrutado de mi actuación y
les pido un fuerte aplauso para recibir al siguiente actor.
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