En estos días han ocurrido dos casos de temas que todo el tiempo han
sido destacados en este blog: uno tiene que ver con la muerte de la reina
Isabel II de Inglaterra y el otro es que la Real Academia Española (RAE) hizo unas pocas
correcciones al Alfabeto Español.
En el primer caso, para dar una idea de lo absurdo que es la existencia
de la monarquía inglesa, vale explicar que, entre otros países, Canadá tiene
como Rey y Jefe de Estado a su majestad el monarca de turno del Reino Unido, es
decir, era Isabel II y tras su muerte es Carlos III. Eso quiere decir que los
canadienses no pueden elegir presidente, no tienen un máximo gobernante propio
y hacen parte de la gran población de plebeyos que está obligada a costear los
astronómicos gastos que generan los caprichos de sus majestades inglesas. Quizá
el consuelo para los canadienses sea que, además del Reino Unido, son 14 los
países de plebeyos incapaces de elegir a un gobernante de su propio país. Lo
jodido es que ya hay herederos para ser jefes de Estado de esos países cuando
muera Carlos III, es decir, personas que desde que nacieron tienen ese derecho
y que están muy por encima de los nacionales que se hayan jodido o se estén
jodiendo por su país. Así es como funcionan las monarquías y existen porque
este mundo está lleno de mamertos que además de que las consienten las idolatran.
Dígase lo que se diga: lo cierto es que los monarcas que no son dictadores son parásitos
humanos; a estas alturas de cultura humana no debería existir monarquía
El segundo caso, el del Alfabeto Español, está explicado en el comienzo de mi libro El Molino de la
Gente. Dice: “Desde mi
punto de vista, el uso de ortografía de letras no es materia esencial de la
escritura sino complicaciones que surgen por haber sido mal elaborados los
alfabetos en los idiomas y/o por aplicarles manejos caprichosos a las letras.
Y, como todos los abecedarios, el alfabeto español está mal elaborado, y, en su
funcionamiento, se aplica un manejo caprichoso de letras que les causa
complicaciones y dificultades al idioma y a su escritura, de lo cual surge un
flagelo que, por estar sostenido de un arcaico adoctrinamiento social, nadie ha
podido eliminar. Siempre he creído que aprender a escribir correctamente
debería ser fácil, pero que no lo es porque las reglas alfabéticas y
ortográficas lo hacen muy difícil.
Conviene
aclarar que el alfabeto español no es el único mal elaborado, sino que, en
general, el manejo de los alfabetos es caprichoso, dependiente y a menudo
carente de lógica. Pero, por muchas fallas o defectos que tenga un alfabeto,
aplicarle el más mínimo arreglo es muy difícil, ya que por diversas razones los
alfabetos suelen ser prácticamente intocables.
Cabe
explicar que idiomas y alfabetos no son una misma cosa ni contienen de la misma
materia. Los idiomas se componen de palabras y los alfabetos con signos, pero
de lo práctico que sea el alfabeto aplicado a un idioma depende en gran parte
lo fácil o complicado de su escritura y de su manejo en general.”
Por la televisión dicen que hay gente que hace cola de hasta tres días para ver el cadáver de Isabel II; no creo que la idolatría llegue hasta tanto, sino que las monarquías controlan los grandes medios de comunicación y que decir tales cosas sea uno de los tantos métodos de publicidad de dicha realeza. Pero es fácil ver que en todo el mundo hay plebeyos idólatras de sobra.
En cuanto a la RAE, su labor es mediocre; creo que, igual que las monarquías, sería mejor que no existiera. Vale tener en cuenta que el idioma inglés jamás ha tenido academia de letras y es el más exitoso del mundo.
El ALFABETO PRÁKTIKO lo puede ver en una de las páginas
de este blog; el libro, escrito en dicho alfabeto se lo regalé a la humanidad y
también puede ser leído o bajado en otra página de aquí.
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