A continuación transcribo una de las historias de pato muerto del libro titulado PATO MUERTO, una obra de mi autoría que les envío gratis en pdf a quienes me la soliciten por el correo edaloes1239@yahoo.es
"El pato muerto de mi historia era un
famoso científico, llamado Alan Turing, que ahora es reconocido como “Padre de
la computación” y que además era un genio que manejaba cosas tan distintas como
la química, las matemáticas, la filosofía, la biología y puede decirse que la
ciencia en general. Su aporte en el campo de la criptografía evitó que los
nazis convirtieran a Inglaterra en pato muerto durante la Segunda Guerra
Mundial, gracias a que logró la decodificación de los mensajes secretos que
enviaban los nazis por medio de la súper máquina Enigma, y con cuya labor les
permitió a los aliados alzarse con la victoria en vez de ser derrotados.
Este mandracu era un auténtico
hacker, quizá el primero y el mejor, y su labor evitó el hundimiento de
innumerables barcos y quién sabe de cuantos muertos, pero, por ser homosexual
fue convertido en pato muerto por la monarquía inglesa, cosa injusta desde todo
punto de vista, sobre todo si tiene en cuenta que el homosexualismo ha estado
enquistado en todas las monarquías, inclusive, se dice que el príncipe Carlos
es gay, o sea que el ahora futuro rey de Inglaterra es homosexual, y en nada le
ha perjudicado a él ese detalle, excepto que, dizque por eso lo abandonó la
princesa Diana.
La Enigma fue una máquina electro
mecánica que con mucho éxito fue usada por los nazis durante la Segunda Guerra
Mundial, para enviar mensajes codificados. Los nazis creían que la Enigma era
indescifrable, pero Alan Turing desarrolló dispositivos de análisis
criptográfico con los que logró el descifre del algoritmo que utilizaba dicha
máquina y se convirtió en el héroe que generó la pronta victoria de los aliados
en la contienda mundial.
Turing logró eliminar el problema que
les representaba la Enigma a los aliados, porque, según dijo entonces “nadie
está haciendo nada al respecto así que tendré que hacerlo yo mismo”. En
diciembre de 1939, Turing ya había resuelto la parte más complicada del
descifre de los correos de los nazis, ventaja que poco después les permitió a
los aliados convertir en pato muerto a los submarinos alemanes, sin lugar a
dudas, el golpe certero que provocó la victoria aliada, y a la vez el triunfo
que evitó que la monarquía inglesa fuera pato muerto.
En el año 1950, Turing expuso el
experimento que hoy se conoce como el Test de Turing, un mecanismo con el que
pretendía establecer si una máquina podía ser considerada como “inteligente”.
La idea consistía en determinar si una computadora pensaba al hacerle un
interrogatorio a través de una conversación, como si se estuviera conversando
con un ser humano. Para iniciar dicho experimento, Turing decidió hacer la
simulación como si la computadora tuviera una mente infantil, para más tarde
realizarle un proceso artificial de aprendizaje para que “pensara” como un
adulto.
Y, en el año 1952, Turing se
convirtió en amante de Arnold Murray, un delincuente que poco después entró con
un cómplice a la casa del científico y robó cosas valiosas, hecho que denunció
Turing a las autoridades. Durante la investigación, Turing reconoció haber
tenido relaciones sexuales con Murray. En esa época, los actos homosexuales
eran ilegales en el Reino Unido y por haber confesado dichas relaciones el
científico fue acusado de indecencia grave, delito establecido en el artículo
11 del Código Penal, siendo éste el mismo ‘crimen’ por el que, al ser
condenado, había muerto en la indigencia el famoso poeta y dramaturgo Oscar
Wilde, cinco décadas antes.
Turing, además de ser condenado y
obligado a someterse a un proceso hormonal que le causó problemas muy serios de
salud, fue despedido de su trabajo y le fue prohibido continuar con las
investigaciones científicas. Decepcionado de la vida, Turing, de 41 años de
edad, se suicidó en el año 1954, y las relaciones homosexuales dejaron de ser
delito en el Reino Unido en el año 1967, derogación que, entre otros, favoreció
al príncipe Carlos.
Con esta lamentable historia de pato
muerto finaliza mi actuación y también finaliza este congreso, que es el
comienzo de un proyecto para hacer surgir de nuestro Grupo un Director de la
Humanidad, para que acabe con los conflictos y abusos entre humanos y con los
daños que le genera nuestra especie a la Naturaleza Terrestre. Gracias señoras
y señores por escucharme. Con muchos aplausos y un gran alboroto finalizó el
evento.
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