Pato Muerto es un libro que, como argumento principal, sugiere que todos los gobiernos del mundo sean democráticos y laicos, y que se establezca un Jefe de la Humanidad con facultades para destituir a los presidentes que no cumplan o no hagan cumplir las normas de Deberes y Derechos Humanos Universales.
Dichos argumentos se basan en que, tal como están las cosas, más de la
mitad de lo que produce la Humanidad se malgasta en guerras absurdas que sólo
dejan muertes, desgracias y ruinas. Además, el libro deja claro que lo que
llamamos Justicia casi siempre es un cartel de bandidos de cuello blanco que
obligan a la gente a cumplir los deseos de sus poderosos gobernantes
delincuentes.
En el mundo hay numerosos países gobernados por delincuentes, como
ocurre con Putin en Rusia, que comenten los delitos y crímenes que les da la
gana y no existen leyes ni poder que los detenga ni mucho menos que los
castiguen. Es evidente que hace falta un Jefe de la Humanidad con facultades y
poder para acabar con ese flagelo de delincuentes todopoderosos.
Una parte de dicho libro fluye en cómo llenar los requisitos para ser
Jefe de la Humanidad y, a propósito del ´día de las brujas´, según los
razonamientos que se hacen, para dicho eventual Jefe sería una gran ventaja si
fuera brujo. A continuación transcribo una pequeña parte de las explicaciones
de ´la Bruja´ que es uno de los personajes que actúan en este libro:
-Mi alias es Águila Negra y fui elegida al Grupo de Mandracus porque
soy una bruja famosa, dijo esa mañana la primera participante del Primer
Congreso de Mandracus. Todos aplaudieron, pero el aspecto de sorpresa y miedo
era bastante notable entre los asistentes. Y quizá para añadir un poco de
sorpresa, la bruja les miró la cara, de uno en uno, a todos los participantes y
luego de tomar un poco de agua dijo: Las explicaciones que voy a dar dejarán
muy claro que ser brujo le sería de gran ayuda al mandracu que se convierta en
Jefe de la Humanidad, una virtud mal entendida que era poseída por el papa
Silvestre II y que es a lo único que le teme la corrupta monarquía del
Vaticano.
Las brujas le hemos aportado un enorme beneficio a la humanidad, pero
mucha gente nos rechaza porque la vieja y perversa monarquía eclesiástica, para
amparar toda clase de delitos nos dañó la imagen, pues, aunque con ese pretexto
asesinó varios millones de personas, se pueden contar con los dedos de las manos
las brujas reales que asesinó la Iglesia. Y, al habernos estigmatizado con su
farsa de que somos hijas de Satanás, nos hizo tanto daño como el que le hizo a
la religión cristiana al endiosar a Cristo, el filósofo fundador de dicha fe
religiosa.
No debería haber duda de que las brujas le hemos prestado muchos
servicios a la humanidad pues, desde tiempos remotos, el primer correo rápido y
eficiente que existió fue el correo de las brujas. Por medio del correo de las
brujas, la gente sabía cómo les estaba yendo a los ejércitos que estaban en
misiones a distancias enormes, inclusive, sin importar que hubiera un océano de
por medio, con dicho correo mucha gente sabía en tiempo real la salvación o la
muerte en guerra de sus seres queridos. Eso fue normal por mucho tiempo y las
brujas y los brujos, en la antigüedad, eran personas respetadas y admiradas por
la gente. Aunque la brujería no tiene injerencia en las creencias religiosas,
el papa Sergio III nos satanizó con su bula Canon Episcopi, en el año 906, siendo
que de los millones de personas que asesinaron los cristianos, supuestamente
por ser brujas o brujos, ni siquiera un millar lo eran de verdad.
Mucha gente cree que las brujas no existen, pero que las hay las
hay. Y vale decir que puede haber hasta
más brujos que brujas, pero ocurre que los hombres son menos visibles por ser
más discretos, y sirve aclarar que bruja o brujo no es quien quiera serlo sino
quien pueda realizar tal actividad, es decir, la brujería es una virtud
individual con la que se nace y no una profesión u oficio que se pueda aprender
en algún lugar de enseñanza.
Como en cualquier actividad, en la brujería hay cosas que sólo se saben
internamente, pero casi todas son reglas de ética y las cosas secretas de la
brujería son tan pocas que pueden caber en una página. Se suele creer que los
hechiceros son brujos, pero esa creencia es errada. Son dos las cualidades
inevitables para que una persona pueda ser bruja: La primera es que debe poseer
un espíritu capaz de separarse del cuerpo e irse a cualquier lugar y apoderarse
de los sentidos de cualquier persona o animal y con ellos realizar las labores
que desee; y la segunda es que pueda hipnotizar a distancia, es decir, sin usar
sus ojos. Quien posea esas cualidades, que se nace con ellas tal como ocurre
con los médiums, es bruja o brujo y no se puede considerar como brujo a quien
no las posea; y vale añadir que casi todas las personas que dicen ser brujas o
brujos, en realidad sólo son tramoyistas o estafadores. Además, hay una gran
variedad de hechiceros que realizan diversas labores oscuras o misteriosas y
que aseguran ser brujos pero que en realidad no lo son.
Entre las brujas nos tratamos de ‘comadre’, y, contrario a lo que suele
creerse, brujos hay desde analfabetas hasta sabios profesionales. Casi todos
los brujos cultos dan por hecho la existencia del Creador y del Bien y el Mal,
pero casi nadie cree que exista el Demonio, cuyo cuento de que existe surgió de
perversidades religiosas. Entre nosotras hay muchas ‘comadres’ religiosas,
inclusive, la mayor parte de las brujas que fueron quemadas por la Inquisición
eran monjas creyentes cristianas que casi todas, por temor o envidia, fueron
delatadas por sus compañeras. Y ocurre uno que otro matrimonio entre brujos,
como ocurrió en Inglaterra en el año 1966 cuando se casó el brujo Alex Sanders
con Maxime Morris, considerada como la reina de las brujas. También ha habido
un buen número de curas brujos, y aunque en los altos cargos de la Iglesia, los
brujos han sido muy pocos, se sabe con certeza que el papa Silvestre II era
brujo.
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